Cuando Angela Merkel luchaba contra las múltiples crisis de Europa en 2014, Friedrich Merz se reunía con críticos conservadores para quejarse de su liderazgo.
Las aspiraciones políticas de Merz habían sido marginadas desde hacía mucho tiempo por la canciller y sus aliados podían decir que aún estaba molesto. En una ocación, su esposa descargó sus frustraciones. "Friedrich, hubieras hecho un trabajo mucho mejor", dijo, según un legislador que estaba presente.
Con la disminución del poder de Merkel mientras se prepara para dejar el liderazgo del partido, Merz podría finalmente tener la oportunidad de demostrar que su esposa tenía razón. Pero los altos miembros del partido temen que si toma el poder se pueda iniciar una guerra interna en el partido más grande de Alemania, poniendo en peligro los logros de la canciller.
Merz, de 63 años de edad, es uno de los dos candidatos que lideran la carrera por suceder a Merkel como presidente de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) cuando 1.001 delegados del partido voten el viernes en Hamburgo. Dado que las encuestas de opinión muestran que es poco probable que la CDU sea derrotada en las próximas elecciones, pese a las dificultades de Merkel, el ganador se convertirá en el líder de facto de Alemania a medida que avanza la carrera de la canciller.
Conservador favorito
El conservadurismo impenitente de Merz ha cautivado a los tradicionalistas que se erizaron cuando Merkel arrastró a su partido hacia el centro – el ex ministro de finanzas de Merkel Wolfgang Schaeuble respaldó la candidatura de Merz el martes. Su rival, Annegret Kramp-Karrenbauer, leal a Merkel, apela a aquellos preocupados por la agitación que podría desencadenar una victoria de Merz.
El propio Merz niega que intentaría expulsar a Merkel antes de que ella esté lista.
"Cada nuevo líder del partido, yo también, estará vinculado al acuerdo de la coalición", dijo en un evento de campaña el mes pasado en Luebeck, cerca de la costa báltica del país. "Esto también determinará mi futura relación con Angela Merkel".
Pero no toda la base del partido le cree su discurso.
"Definitivamente no regresará a la política por el dinero", dijo el miembro de la CDU Eckhard Roeder después de escuchar a Merz esa noche. "Él quiere poder. Él buscará la Cancillería".
Problemas para Merkel
Aunque la posición de Merkel como canciller está bien protegida por la Constitución alemana, Merz podría hacerle la vida muy difícil al establecer diferencias entre su gobierno y su partido.
En otro evento de campaña en el este del país, llamó a un debate sobre el derecho constitucional al asilo, una piedra angular del orden político de posguerra en Alemania. Aunque más tarde se desdijo un poco, la política de inmigración se volvería más difícil bajo el liderazgo de Merz, quien ha indicado repetidamente que la política de refugiados de Merkel es una traición a los valores conservadores del partido.
Un ministro, que pidió no ser identificado, predijo que si Merz ganaba comenzaría a endurecer inmediatamente la posición de la CDU y que eso tarde o temprano provocaría un enfrentamiento con la canciller. Los leales a Merkel también temen que pueda usar un mal desempeño en las elecciones parlamentarias europeas del próximo mes de mayo para presionar a Merkel para que se retire.
Aunque él insistió en la campaña electoral que está contento de trabajar junto a Merkel, días antes de que anunciara que dejaba el liderazgo del partido, Merz le dijo a miembros del partido que éste se estaba desmoronando bajo su liderazgo. También se reunió con importantes militantes del partido para informarles sobre una posible rebelión, según un miembro con información sobre las discusiones.