El banco central de Argentina reducirá su base monetaria en un 10 por ciento adicional antes de fin de año, a fin de frenar la inflación que ha resultado difícil de dominar.
"Necesitamos ser persistentes, entendiendo que no hay resultados inmediatos", dijo el presidente del banco central, Guido Sandleris, a periodistas en Buenos Aires. "Pero sin lugar a dudas, habrá resultados".
Los pasos extraordinarios se dieron luego de que el gobierno anunciara el jueves que la inflación en febrero alcanzó el ritmo anual más rápido desde que el presidente Mauricio Macri asumió el cargo a fines de 2015, lo que podría complicar su reelección en octubre. Macri recurrió al Fondo Monetario Internacional para obtener una línea de crédito récord de US$56.000 millones para restablecer la estabilidad en los mercados, luego de una desbandada de la divisa.
Aunque el peso subió hoy, antes de la publicación de los datos, la moneda ha caído 8 por ciento este año.
Los precios al consumidor subieron 3,8 por ciento desde enero y 51,3 por ciento desde hace un año. Los economistas encuestados por Bloomberg esperaban que la inflación se acelerara a 3,6 por ciento respecto al mes anterior, incluso mientras el banco central aumenta las tasas de interés y congela la cantidad de pesos en circulación.
Después de tres meses de desaceleración de la inflación a fines del año pasado, el banco central redujo la tasa de interés de referencia de Argentina a alrededor de 44 por ciento. No obstante, se vio obligado a elevarla de nuevo a 63 por ciento esta semana, como parte de una estrategia para controlar los precios y mantener el atractivo del peso.
Macri debe evitar otra crisis monetaria para tener la oportunidad de ganar las elecciones presidenciales de octubre.