Los esfuerzos de la Unión Europea por conseguir un metal clave para la elaboración de baterías extraído de forma ética enfrentan dificultades que podrían hacer más costoso para los fabricantes de automóviles producir vehículos eléctricos.
El cobalto es el metal para la fabricación de baterías que está en mayor riesgo de ser explotado de formas que dañan la salud de las personas y el medio ambiente. La mayor parte del suministro mundial proviene de la República Democrática del Congo, donde hasta un tercio del metal es suministrado por pequeñas mineras que a menudo trabajan en condiciones peligrosas. Los reguladores han comenzado a elaborar normativas diseñadas para ayudar a que la industria evite perjudicar su reputación.
Pero esos “ambiciosos requisitos actualmente podrían ser demasiado difíciles”, según una evaluación preparada por investigadores que asesoran a la Comisión Europea. El informe, que será publicado en junio por la revista Resources Policy, de Elsevier Ltd., sugiere un mercado más estricto para el cobalto de origen responsable.
“Según lo propuesto por la Comisión Europea, si la debida diligencia para la cadena de suministro del cobalto se vuelve obligatoria para las baterías vendidas en los mercados de la UE en el futuro cercano, la demanda de cobalto de origen responsable aumentará rápidamente”, de acuerdo con el estudio preparado por el Centro Común de Investigación de la UE.
Muchas empresas de distribución se han mostrado reacias a comprar cobalto extraído a mano debido a las preocupaciones en torno al trabajo infantil. Glencore Plc, que opera dos de las minas de cobalto más grandes del mundo en el Congo, asegura a sus compradores, como Tesla Inc., que solo utiliza en sus productos cobalto de origen responsable.
Pero algunas compañías chinas que venden cobalto procesado a Europa mezclan flujos certificados del metal con material procedente de minas no reguladas, según el informe. El Congo produce cerca de las tres quintas partes del cobalto del mundo y hasta un tercio de eso es extraído por cientos de miles de trabajadores autónomos. Las mineras dijeron a los investigadores que los salarios y los precios de los minerales seguían siendo objeto de disputa.
Para 2030, las economías de la UE deben asegurar más de 64.000 toneladas de cobalto proveniente de fuentes éticas más allá de las restricciones existentes en la cadena de suministro –un volumen de metal valorado en alrededor de US$3.200 millones a los precios actuales– para impulsar la transición a los vehículos eléctricos. La carrera por el precio del metal está llevando a las compañías mineras a buscar nuevas reservas desde Australia hasta ubicaciones en aguas profundas.
HV