El primer ministro británico, Boris Johnson, permanecerá en el hospital en “observación” ya que está teniendo dificultades para recuperarse del coronavirus, dijo su portavoz el lunes, a medida que el país se encamina al pico de la curva por el coronavirus.
El primer ministro tiene tos y fiebre persistentes y se ha sometido a pruebas, pero tuvo una noche “cómoda” y está “de buen humor” mientras continúa con su trabajo, dijo el lunes el portavoz oficial de Johnson, James Slack, a los medios.
La enfermedad de Johnson es un duro golpe para el Reino Unido mientras el país se prepara para lo peor de la pandemia. Casi 5.000 personas han muerto por Covid-19 en el Reino Unido hasta el momento y, según asesores gubernamentales y científicos, es probable que se alcance el pico en los próximos 7 a 10 días.
El primer ministro tiene tos y fiebre persistentes
Los países más afectados de Europa están informando de un descenso en la cifra de fallecidos. Los datos de España, Italia y Francia indican que las medidas que han frenado las economías y forzado a las personas a quedarse en casa están teniendo un impacto. Pero si bien el incremento de las muertes también se desaceleró en el Reino Unido, el país va está detrás de otras naciones en la curva de infecciones y está teniendo dificultades para aumentar las pruebas.
Johnson, de 55 años de edad, sigue técnicamente a cargo del Gobierno, pero el primer ministro se quedó en el hospital durante la noche y no podrá presidir la importante reunión diaria para coordinar la respuesta del Gobierno el lunes, según un cargo. Ello deja la responsabilidad en manos del secretario de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, quien es viceprimer ministro de facto de Johnson.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envió buenos deseos a Johnson durante su rueda de prensa diaria el domingo, y dijo que “todos los estadounidenses están orando por él”. “Es amigo mío, es un gran caballero y un gran líder”, dijo el mandatario. “Pero tengo la esperanza y estoy seguro de que va a estar bien, es un hombre fuerte, una persona fuerte”.
Síntomas persistentes
La enfermedad del primer ministro se calificó inicialmente de leve y no hay señales de que esté empeorando. No obstante, el médico le aconsejó que ingresase en el hospital para pruebas “preventivas” porque los síntomas, incluida la fiebre, no han desaparecido. El primer ministro permanece en el hospital St. Thomas, un centro del Servicio Nacional de Salud cerca de Westminster, el lunes.
Los problemas de salud personal de Johnson se suman a la sensación de confusión que rodea la respuesta del Reino Unido. La gestión de la pandemia por parte de la Administración ha sido criticada por especialistas en salud y medios de comunicación nacionales.
A diferencia de otros países, el Reino Unido no ha realizado pruebas generalizadas para recopilar datos fiables sobre las infecciones, sino que aconseja a las personas con síntomas de tos o fiebre que se aíslen en sus hogares.
Expertos médicos, incluso de la Organización Mundial de la Salud, y algunos compañeros del partido conservador de Johnson, han cuestionado las medidas del Gobierno sobre pruebas. Johnson ya había sido criticado por tardar demasiado tiempo en imponer el distanciamiento social.