El misterio sobre lo que mató a cientos de elefantes en Botsuana, cuya población de animales es la mayor del mundo, sigue sin resolverse y el Gobierno descarta pesticidas, agroquímicos y patógenos como posibles razones de su desaparición.
Las pruebas realizadas en muestras tomadas de algunos de los 300 cadáveres encontrados en el noroeste de Botsuana y enviadas a laboratorios en Zimbabue y Sudáfrica para su examen no fueron concluyentes.
“Los resultados recibidos hasta ahora no eliminan el envenenamiento. Por lo tanto, aún se están investigando factores ambientales, como toxinas naturales”, dijo el viernes el Ministerio de Medio Ambiente de Botsuana en un comunicado.
Hay aproximadamente 135.000 elefantes en Botsuana. La posición de los cadáveres indica que sufrieron muertes repentinas.