El Reino Unido alcanzó este año la menor brecha salarial de género que se tenga registro, aun cuando los hombres siguen ganando más que las mujeres en todas las ocupaciones.
Entre todos los tipos de empleados, el salario de las mujeres fue en promedio un 17,9 por ciento más bajo que el de los hombres, en comparación con el 18,6 por ciento del año pasado. En los trabajos a tiempo completo, la brecha fue mucho más baja, de un 8,6 por ciento, lo que refleja el hecho de que más mujeres trabajan a tiempo parcial, los que tienen salarios más bajos. Esa cifra también disminuyó con respecto a 2017.
La información entregada el jueves por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por su sigla en inglés) mostró que los hombres tenían en promedio un salario más alto en todos los sectores industriales, con la mayor disparidad en los oficios calificados como electricistas y mecánicos, los que tradicionalmente han sido dominados por hombres. La brecha más pequeña fue en las funciones de ventas y servicio al cliente, donde cifras anteriores de la ONS han mostrado que la fuerza laboral está dividida casi por igual entre ambos géneros.
Aun así, el informe encontró que, en general, la brecha salarial de los empleados de tiempo completo es casi nula entre los trabajadores más jóvenes, pero se amplia significativamente a partir de los 40 años.
El tema de la igualdad salarial se ha puesto de relieve este año después de que en el Reino Unido entrara en efecto una ley que obliga a las empresas a declarar públicamente la diferencia salarial entre su personal masculino y femenino. Alrededor de 8.000 trabajadores de consejos locales en Glasgow, Escocia, realizaron una huelga esta semana reclamando que a los trabajadores en puestos ocupados en gran parte por mujeres, como servicios de alimentación o limpieza, se les pagaba menos que en aquellos en áreas dominadas por hombres como la recolección de residuos.
No es solo lo que haces, sino dónde esto afecta la brecha salarial. Los datos de la ONS muestran que la disparidad entre hombres y mujeres que trabajan en Londres apenas ha cambiado en más de dos décadas.