Olvídese de las pipas y los porros. Cuando Canadá legalice la marihuana recreativa esta semana, algunos productores estarán buscando una incursión en el mercado para los productos alternativos de marihuana que no se fuman.
La lección de los primeros mercados legales de la marihuana en Estados Unidos, como Colorado, Washington y Oregón, es que la marihuana en forma de cigarro tradicional pasará rápidamente de moda. Al consumidor moderno de cannabis no le gusta complicarse y prefiere enfocarse en los extractos, cremas corporales y comestibles.
Canadá está empezando con cautela. A partir del miércoles, limitará las ventas de marihuana a su forma tradicional de flor –los secos y esponjosos brotes que son familiares para muchos estudiantes universitarios– o como aceite que las compañías planean vender en cápsulas de gel blandas tipo Advil y como tinturas líquidas.
"Esperamos que los productos derivados superen a las flores en todos los mercados del mundo", dijo Michael Gorenstein, máximo ejecutivo de Cronos Group Inc., con sede en Toronto, productor canadiense con licencia y operaciones también en Alemania, Polonia, Israel y Australia.
Con el tiempo, es probable que los vaporizadores sean la categoría más grande, seguidos por los comestibles, las cremas y las bebidas, dijo Gorenstein en un correo electrónico. Para prepararse para esa transición, Cronos estableció una asociación de US$122 millones con Ginkgo Bioworks Inc. para diseñar genéticamente el compuesto activo de la marihuana para ayudar a crear los cultivos que se podrían utilizar en productos alternativos.
En los estados de EE.UU. donde la marihuana es legal, las flores representan el 50 por ciento del mercado en términos de gasto, pero están disminuyendo rápidamente. Deloitte proyectó en un informe publicado en junio que en Canadá, seis de cada 10 probables clientes de cannabis optarán por productos comestibles una vez que sean legales.
Canadá puede registrar hasta 4.500 millones de dólares canadienses (US$3.500 millones) en ventas de flores en 2019, pero los ingresos del cannabis podrían aumentar un 30 por ciento adicional si el gobierno federal aprueba los comestibles y vaporizadores, según Ascent Industries Corp, productor canadiense con licencia que también ha estado distribuyendo en Oregón y Nevada, incluyendo las ventas de varios cientos de miles de cigarrillos electrónicos. Se espera que Canadá permita los productos comestibles para el otoño boreal de 2019.
Mayor comodidad
La comodidad y la discreción impulsan la preferencia de los consumidores por alternativas a la marihuana que se fuma: es más fácil abrir una cápsula o echar unas gotas de líquido bajo la lengua que enrollar un cigarrillo de marihuana. Para las empresas, los nuevos formatos son cruciales para atraer nuevos usuarios, y también son estratégicos en un mercado cada vez más mercantilizado: cuando Colorado se convirtió en el primero de los dos estados de EE.UU. en legalizar en 2014, había 4.000 productos disponibles en los estantes de las tiendas. Eso se ha cuadruplicado con creces en tres años, según el informe de Arcview-BDS.
"Cuando la legalización llegue, también llegará el desarrollo de productos y se convertirá en una oportunidad obvia de tener un producto de marca en lugar de un producto genérico", dice Tom Adams, director general de inteligencia industrial de BDS, con sede en Boulder, Colorado, que realiza un seguimiento de las ventas minoristas de marihuana.
La clave para los productores canadienses será hacer esa transición.
"Es un negocio muy diferente cultivar flores, hacer un empaquetado mínimo y enviarlo por correo a los pacientes que lo necesitan para sus condiciones médicas", dijo Adams. "Ese no es un modelo de mercado de productos de consumo, es un modelo de medicamentos por correo".
Algunos se enfrentan a un obstáculo aún más práctico. Canadá tiene más de 130 productores autorizados, pero sólo la mitad de ellos están autorizados para producir o vender aceites. Eso significa que la mitad restante sólo puede suministrar flores hasta que obtengan la licencia y desarrollen capacidad de fabricación, ambas cosas llevan tiempo.
Como resultado, es probable que los productos distintos de las flores se enfrenten a un déficit de suministro más agudo y duradero que el mercado de cannabis en general, dijo Campbell, de Ascent.
Ascent se está concentrando en esa oportunidad con una planta de fabricación de unos 3.700 metros cuadrados en las afueras de Vancouver que está casi terminada. Una vez en plena producción podrá producir un millón de cápsulas al mes. Ascent, con sede en Maple Ridge, Columbia Británica, tiene un valor de mercado de 211 millones de dólares canadienses.