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Francia

Los 'chalecos amarillos' le hacen un gran favor a Macron

Luigi Di Maio debería tener cuidado con lo que desea. A inicios de mes, el vicepresidente de Italia confirmó su apoyo al movimiento de protesta en Francia liderado por los chalecos amarillos. El movimiento populista de Di Maio, 5 Estrellas, seguro deseaba respaldar a sus aliados en el Parlamento Europeo con los "chalecos amarillos", en caso de que decidieran convertirse en un partido político.

Francia: continúan las protestas de los chalecos amarillos.
Francia: continúan las protestas de los chalecos amarillos. | Bloomberg

Luigi Di Maio debería tener cuidado con lo que desea. A inicios de mes, el vicepresidente de Italia confirmó su apoyo al movimiento de protesta en Francia liderado por los chalecos amarillos. El movimiento populista de Di Maio, 5 Estrellas, seguro deseaba respaldar a sus aliados en el Parlamento Europeo con los "chalecos amarillos", en caso de que decidieran convertirse en un partido político.

Pero ahora los chalecos amarillos han justamente tomado esa decisión, y la cosa se ve un poco desordenada. La creación de otra fuerza electoral antisistema probablemente solo fortalecerá a Emmanuel Macron al dividir aún más el voto de sus rivales.

Si el anuncio de los chalecos amarillos la semana pasada sobre su decisión de presentar una lista de candidatos a las elecciones de mayo del Parlamento Europeo tenía como objetivo galvanizar a un líder, plataforma política o intento de recaudo de fondos, fracasó. La figura de la campaña, Ingrid Levasseur, una trabajadora social de 31 años, fue inmediatamente tildada de traidora por el ala extremista del movimiento (cuya página Facebook es tan popular como la de ella, o hasta más).

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El miedo al futuro y la derecha

No había políticas de qué hablar. El partido solicitará ideas por convocatoria abierta, lo que implica que existe poco interés por entender las ambiguas y contradictorias exigencias, y el deseo de pagar menos impuestos pero recibir mayor apoyo del Estado. Dejaron rápidamente de lado la promesa de financiar colectivamente 600.000 euros (US$684.000) cuando se dieron cuenta que las leyes de financiación en campaña lo prohíben.

La fractura del movimiento de los chalecos amarillos, que llevaron a cabo protestas el sábado y domingo por onceava semana consecutiva, ha impulsado levemente a Macron en las encuestas, aunque su índice de aprobación sea un triste 31 por ciento. No debemos subestimar los logros de los manifestantes: el presidente se ha retractado de algunas políticas poco populares, ha reducido un aumento de un impuesto a la gasolina que tenía enfurecidos a los habitantes no urbanos que dependen de sus vehículos. Hasta ahora, Macron ha anunciado concesiones en el presupuesto por 10.000 millones de euros -que abarcan un aumento del salario mínimo- e hizo el lanzamiento de un debate público sobre el futuro del país.

Aunque la mayoría de los franceses aún apoye a los chalecos amarillos, su aparición como partido candidato a las elecciones de la UE probablemente quitará más votos a la extrema derecha y extrema izquierda que a Macron. Marine Le Pen y Jean-Luc Melenchon tienen más que perder. Datos de sondeo de Elabe indican que el partido "La República en marcha" de Macron recibiría 22,5 por ciento del voto en la elección del Parlamento Europeo, "Agrupación nacional" de Le Pen el 17,5 y "Chalecos amarillos" el 13 por ciento.

Los populistas de Italia convierten a Macron en su enemigo europeo

Por supuesto no hay seguridad de que los chalecos amarillos logren consolidarse como fuerza política. Uno no debe descartar la posibilidad de que lleguen tan lejos como los gorros rojos, dijo Catherine Fieschi, directora del grupo de investigación Counterpoint. Las protestas antitributarias de este movimiento político comunitario representaron una gran molestia para el predecesor de Macron, François Hollande, pero no logró ganar terreno como partido.

Aún así, el riesgo real para Francia es que Macron postergue su programa de reforma. El impacto de las constantes protestas de los chalecos amarillos sobre una economía impulsada por el gasto doméstico ha sido desalentador. El índice PMI de servicios de Francia cayó a 47,5 por ciento en enero, su nivel más bajo en casi cinco años. El gobierno de Macron promete que va a mantener el ritmo del cambio pero muchos proyectos se han retrasado, entre ellos la reforma del servicio civil. Si se asienta una desaceleración económica prolongada y el endeudamiento se acumula, Francia podría tener mucho en común con Italia, más allá de la pasión popular por los movimientos de protesta.