China rechazó este jueves la afirmación del presidente Donald Trump de que Pekín está tratando de dañar sus posibilidades de reelección con su manejo del brote de nuevo coronavirus, mientras la retórica entre las dos economías más grandes del mundo continúa ‘calentándose’.
Trump afirmó en una entrevista con Reuters publicada el miércoles que la respuesta de China a la enfermedad se centró en el deseo de verlo perder las elecciones en noviembre.
El presidente, que no proporcionó evidencia de por qué China deliberadamente manejaría de forma incorrecta un brote que ha matado a más de 4.600 de sus ciudadanos, agregó que estaba considerando varias formas de castigas a Pekín.
“China hará todo lo posible para que pierda esta carrera”, indicó Trump en la entrevista de la Oficina Oval. No explicó qué acciones punitivas podría tomar, pero agregó: “Hay muchas cosas que puedo hacer”.
Trump también apuntó que el acuerdo comercial alcanzado entre Estados Unidos y China había sido afectado por las consecuencias económicas de la crisis del COVID-19. La desaceleración ha dificultado que China cumpla las promesas de compra incluidas en un pacto comercial de ‘fase uno’ alcanzado entre las dos partes en enero.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China respondió este jueves que el país ”no tenía interés” en interferir en los asuntos internos de EE.UU.
“Durante algún tiempo, ciertos políticos estadounidenses, sin tener en cuenta los hechos, han intentado trasladar su propia responsabilidad por su mal manejo de la epidemia a otros“, enfatizó Geng Shuang, portavoz del ministerio, a periodistas.
Funcionarios en Washington y Beijing se han estado acusando unos a otros durante semanas después de que EE.UU. se convirtió en uno de los países más afectados por una enfermedad identificada por primera vez en la ciudad china de Wuhan. La disputa ha complicado los esfuerzos globales para montar una respuesta coordinada al virus SARS-CoV-2, con funcionarios estadounidenses subrayando la responsabilidad china por no haber detenido la propagación del patógeno.
Trump y otros republicanos han estado aumentando sus esfuerzos para ubicar a China como ‘el villano’ de la crisis sanitaria, a medida que la economía de EE.UU. en recesión y el manejo de la crisis por parte del presidente pone en peligro el control del partido sobre el Gobierno.
Alrededor de 55% de los estadounidenses desaprueba el manejo de Trump de la pandemia, según una encuesta de NPR / PBS NewsHour / Marist publicada el miércoles, mientras que otras encuestas muestran al presidente por detrás del virtual candidato demócrata, Joe Biden, a nivel nacional y en estados clave.
China ayudó a intensificar ‘el juego de la culpa’ con EE.UU. cuando un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores compartió especulaciones de que el personal militar estadounidense introdujo el virus a Wuhan. Si bien Trump ha evitado en las últimas semanas llamar al patógeno que causa el COVID-19 el ‘virus chino’, su equipo de campaña envió una carta a principios de este mes acusando al país de “mentir” sobre el brote.
El cálculo político de las elecciones presidenciales de EE.UU. es complejo para el presidente chino Xi Jinping, y los funcionarios del Gobierno chino expresan ambivalencia sobre una victoria demócrata o republicana. Aunque Trump ha molestado a China con su guerra comercial y tácticas impredecibles, un presidente demócrata podría plantear otros desafíos reafirmando el sistema de alianza estadounidense y poniendo un mayor énfasis en las prácticas de derechos humanos del país.
China ha emitido comentarios cada vez más críticos sobre los funcionarios de la administración Trump, llamando “mentiroso habitual” al asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, pero también ha evitad críticas directas que puedan provocar a Trump.
Por ejemplo, Geng, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, no mencionó el nombre de Trump este jueves y enfatizó la necesidad de cooperación entre las dos partes.
“China también es una víctima, no un cómplice del virus”, dijo Geng.
El miércoles anterior, el secretario de Estado, Mike Pompeo, señaló que China representaba una amenaza para el mundo al ocultar información sobre el origen del nuevo coronavirus. Los comentarios se produjeron después de que el principal programa de noticias vespertinas de la emisora estatal CCTV cuestionara la transparencia y precisión de los datos estadounidenses sobre las infecciones por COVID-19.