Estados Unidos y Canadá llegaron a un acuerdo comercial con México, preparando el terreno para que sus líderes firmen el pacto a finales de noviembre en una región con un volumen de comercio de más de US$ 1.000 millones al año. Los tres países llegaron a un acuerdo para reemplazar el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), de 24 años, según una declaración conjunta del representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, y la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Chrystia Freeland, el domingo. El nuevo pacto se llamará Acuerdo de EE.UU.- México-Canadá, o USMCA (por sus siglas en inglés).
El acuerdo implica un mejor acceso al mercado de productos lácteos de Canadá para los agricultores de Estados Unidos, disposiciones más estrictas a la propiedad intelectual y normas de origen más estrictas para el sector de fabricación de automóviles, según dos cargos de la Administración de Trump que hablaron con los medios a condición de permanecer en el anonimato.
Los aranceles de Estados Unidos a automóviles extranjeros no afectarán las exportaciones canadienses de automóviles hasta cierto límite, según tres personas familiarizadas con el tema. El acuerdo ofrece a Canadá cierta cobertura frente a la amenaza de la Administración Trump de imponer aranceles a las importaciones de automóviles por razones de seguridad nacional.
El acuerdo culmina un período turbulento para las relaciones entre Estados Unidos y Canadá, tradicionalmente aliados cercanos en materia de seguridad nacional y comercio. La alianza fue puesta a prueba por el agresivo estilo de negociación del presidente Donald Trump y la intención del primer ministro Justin trudeau de defender su posición en cuestiones clave como los productos lácteos y la resolución de conflictos.
Impulso de último minuto
Los negociadores estadounidenses y canadienses trabajaron las 24 horas durante el fin de semana para cumplir el plazo de la medianoche del domingo que permitiría a los países firmar el acuerdo con el presidente saliente de México, Enrique Peña Nieto, antes de que éste deje el cargo el 1 de diciembre. Una actualización del TLCAN sería un logro para Trump, quien calificó el acuerdo actual de "desastre" y prometió reducir el enorme déficit comercial de Estados Unidos y reactivar los empleos de manufactura.
El presidente había amenazado reiteradamente con retirarse del pacto, un escenario que los líderes empresariales advierten que causaría estragos en sus cadenas de suministro. En vigor desde 1994, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) eliminaba los aranceles en la mayoría de los bienes. El Gobierno de Trump ya había acordado el mes pasado un pacto actualizado con México, lo que aumentaba la presión sobre Canadá para que hiciese concesiones para unirse al acuerdo.
Aprobación pendiente
Los diputados de los tres países aún tienen que aprobar el pacto. El Congreso de Estados Unidos probablemente no votará el nuevo acuerdo hasta 2019. Los demócratas podrían tomar el control de la Cámara en las elecciones intermedias de noviembre, lo que podría socavar la capacidad de Trump para lograr su aprobación. Según la ley comercial de Estados Unidos, la Administración estaba obligada a publicar el texto para finales de septiembre.
El senador republicano Orrin Hatch dijo que estaba complacido de que la Administración pudiera mantener intacta la estructura de tres vías, y señaló que el TLCAN fue un "éxito demostrado" para Estados Unidos. Hatch es presidente del comité de finanzas del Senado, el panel principal de la cámara alta responsable del comercio.
El acuerdo incluirá cartas complementarias sobre cuotas para México y Canadá que protegerían las exportaciones automotrices actuales así como la producción futura de las tarifas que Trump ha amenazado con imponer, dijo uno de los cargos, quien no quiso comentar sobre detalles específicos.
Según la exención de las tarifas de automóviles para Canadá, los niveles actuales de producción de aproximadamente 1,8 millones de unidades no estarían afectados por ninguna tarifa sobre automóviles extranjeros, dijeron tres personas familiarizadas con las conversaciones. Dos de las personas dijeron que los aranceles no se activarían hasta que las exportaciones de automóviles canadienses a Estados Unidos superasen los 2,6 millones de unidades anualmente.
Las tarifas de acero y aluminio que Trump impuso a ambos países a principios de este año siguen vigentes y se tratarán por separado, según los cargos. No ofrecieron un plazo aproximado sobre cuándo se podrían eliminar esas tarifas.
El llamado mecanismo de resolución de conflictos del Capítulo 19 -que se ocupa de los casos binacionales de derechos antidumping y compensatorios y que fue un importante punto de desacuerdo en las conversaciones comerciales- permanece intacto en el nuevo pacto, dijeron los cargos. La solución de conflictos entre inversores y estados se irá eliminando gradualmente entre Estados Unidos y Canadá, pero seguirá vigente para ciertos sectores entre Estados Unidos y México, señalaron los cargos.
Canadá aceptó elevar el umbral para la aplicación de aranceles a las compras transfronterizas, una demanda clave del nuevo nivel "de minimis" de Estados Unidos. El límite de Canadá será de 150 dólares canadienses (US$117) para derechos de aduana, frente a los 20 dólares canadienses en la actualidad, y 40 dólares canadienses para impuestos de ventas.