El azúcar va a terminar el 2018 con mal pie ante las señales de que el colapso de precios podría empeorar el año que viene.
Los futuros se han desplomado un 16 por ciento este año, la segunda pérdida anual consecutiva, ya que la producción mundial en auge provocó un exceso de oferta. Lo único que evitó que la caída fuera aún más pronunciada: la fuerte demanda de etanol en Brasil, el mayor productor y exportador de azúcar del mundo. Pero ahora ese apoyo parece estar cediendo.
Los procesadores de caña pueden convertir los cultivos en edulcorante o en biocombustible. Durante gran parte de 2018, debido a los altos precios de la gasolina, los procesadores brasileños favorecían la producción de etanol, ayudando a limitar la sobreoferta de azúcar. Pero la reciente caída del petróleo es una señal de que la tendencia está a punto de cambiar.
La mayoría de los conductores en Brasil son propietarios de vehículos de combustible flexible que pueden funcionar con gasolina o etanol. Tradicionalmente, los consumidores eligen el combustible alternativo cuando está por debajo del 70 por ciento del precio de la gasolina porque produce menos energía por litro. Ahora que el crudo está cayendo, las perspectivas para el consumo tradicional de combustible están mejorando, y los precios del etanol se están desplomando como resultado.
Según datos de la consultora FGA, con sede en Ribeirao Preto, estado de São Paulo, los procesadores de caña pueden producir hasta un 13 por ciento más al transformar la cosecha en edulcorante en lugar de biocombustible. Esto contrasta con un descuento del azúcar de hasta un 30 por ciento este año.
A los niveles previstos para las primas, los precios probablemente serán lo suficientemente atractivos como para incentivar a los procesadores a producir 2 millones de toneladas métricas adicionales de azúcar en la temporada 2019-20 que comienza en abril, dijo Willian Hernandes, socio de FGA, en una entrevista telefónica. Su pronóstico es para los productores en el Centro-Sur de Brasil, la principal región productora. Entretanto, Marex Spectron cree que el Centro-Sur producirá 28,8 millones de toneladas en la próxima temporada, un salto de 2,3 millones de toneladas. El potencial máximo de producción adicional sería de 10 millones de toneladas.
Las expectativas de una mayor producción en Brasil probablemente continuarán la caída del azúcar de este año. Los futuros bajaron a un mínimo de 10 años de 9,91 centavos por libra de peso (28,349 gramos) en agosto, en medio de las perspectivas de un superávit récord debido a las cosechas abundantes, desde la Unión Europea a Tailandia. El mercado tuvo un breve respiro en medio de la incertidumbre sobre el tamaño de las exportaciones de la India y el auge de la demanda de etanol en Brasil. Posteriormente, el petróleo comenzó a bajar, reduciendo las perspectivas para el biocombustible y arrastrando el azúcar a una caída.
Los inversores apuestan por nuevos descensos. Los fondos de cobertura tenían posiciones cortas netas de azúcar de 5.810 futuros y opciones al 11 de diciembre, según datos de la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas de Estados Unidos publicados el viernes. Las posiciones, que miden la diferencia entre las apuestas a un aumento de precios y las apuestas en un descenso, han sido negativa durante tres semanas consecutivas.
Todavía hay incertidumbre sobre el azúcar en 2019. Las fluctuaciones cambiarias podrían generar volatilidad, ya que la caída del real de Brasil hace que los exportadores prefieran vender envíos a precios en dólares.