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Pandemia de coronavirus

La pandemia de covid-19 sacó a la luz nuevamente las fallas de España

La economía se expandió constantemente a medida que flexibilizaban las estrictas leyes laborales, e inversionistas acudieron en masa a Madrid, lo que hizo que los rendimientos de sus bonos gubernamentales cayeran muy por debajo de los de Italia.

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España y jovenes sin barbijo | AP

Tras la crisis de la eurozona, España surgió como una especie de modelo de como podrían prosperar las naciones más frágiles de la unión monetaria. La economía se expandió constantemente a medida que flexibilizaban las estrictas leyes laborales, e inversionistas acudieron en masa a Madrid, lo que hizo que los rendimientos de sus bonos gubernamentales cayeran muy por debajo de los de Italia.

Posteriormente, España fortaleció su influencia política en la Unión Europea, desafiando la posición de Italia como tercer Estado miembro más influyente después de Francia y Alemania. A medida que la fortuna de Roma disminuía, la de Madrid aumentaba.

La crisis del covid-19 podría socavar gran parte de este progreso. Junto con Italia y el Reino Unido, España fue uno de los epicentros de Europa en la primera ola de la pandemia, y ahora está luchando más que sus vecinos contra un resurgimiento de verano. El país también está atravesando un mal momento económico. En el primer semestre de este año, el producto interno bruto de España se contrajo casi 25% en comparación con finales de 2019. Eso es mucho peor que Italia y Francia. Entre los países más grandes de Europa, solo Gran Bretaña se acercó.

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Este revés refleja problemas estructurales en las instituciones y la economía de España. La pandemia expuso graves deficiencias en el sistema de salud pública, como se destaca en un informe del grupo de expertos Real Instituto Elcano. Ha habido conflictos entre el Gobierno central y las regiones poderosas, a veces secesionistas. En marzo, Madrid se enfrentó con Cataluña por la decisión de endurecer las restricciones más allá de lo que se había decidido a nivel nacional.

Al igual que con Italia, también hubo un elemento de mala suerte. España enfrentó la primera ola de covid-19 antes que otros países y, por lo tanto, tuvo menos tiempo para prepararse.

Sin embargo, eso no exime de culpa al Gobierno de coalición del presidente Pedro Sánchez. En la primavera, España permitió reuniones masivas como manifestaciones políticas y partidos de fútbol sin control alguno, pese a que ya habían surgido cientos de casos e Italia ya evidenciaba cuán destructiva podría ser la pandemia.

Luego, tras controlar la primera ola, Madrid se excedió con el alivio de su draconiana cuarentena, especialmente al permitir que los clubes nocturnos españoles reabrieran. Ha tenido que cerrar las pistas de baile nuevamente después de que contribuyeron a un nuevo aumento en los casos y resultó difícil para las autoridades rastrear a los que habían estado en contacto con los infectados. Italia ha tenido una situación similar, pero por ahora Roma ha hecho un mejor trabajo en el manejo del nuevo aumento de infecciones, que está afectando a los países de Europa occidental a medida que intentan reiniciar sus economías.

La mala gestión de la crisis por parte de España está teniendo un efecto negativo en su economía. El país depende en gran medida del turismo, y se sabía que la fuerte desaceleración en los viajes internacionales iba a tener un alto costo. No obstante, el pronto regreso del virus significa que España ha sido el primer país del sur de Europa en enfrentar nuevas restricciones de viaje de otros Estados, incluido Gran Bretaña. Los restaurantes y hoteles de España se habrían beneficiado enormemente de unas pocas semanas más sin restricciones durante la crucial temporada de vacaciones de verano.

El Gobierno ha presentado una serie de medidas para lidiar con las consecuencias financieras, incluido un generoso plan de licencia para mantener a las personas empleadas. Ha ofrecido amplias garantías sobre préstamos bancarios, cuya adopción parece haber sido más alta que en otros países. Por ahora, los rendimientos de los bonos soberanos de España siguen siendo muy bajos, aunque también gracias a los programas de emergencia de compra de activos del Banco Central Europeo.

Madrid tendrá que depender en gran medida de otras formas de ayuda europea para cubrir el déficit. Ya ha aplicado al programa de la UE para apoyar los mercados laborales, y estará entre los principales beneficiarios del nuevo “mecanismo de recuperación y resiliencia” de la Comisión Europea acordado a mediados de julio.

Aún así, la perspectiva política parece incierta. Sánchez lidera un Gobierno minoritario inestable, que une su partido socialista con Unidos Podemos de la izquierda populista. A diferencia de la mayoría de los líderes en Europa, el presidente no ganó más popularidad durante la primera etapa de la pandemia, aunque sus índices de aprobación han mejorado recientemente. Su gran desafío es la aprobación de un presupuesto en otoño, algo que no ha logrado desde que llegó al poder en 2018.

La estrella de Sánchez también se está desvaneciendo en Europa. España desempeñó un papel decisivo al impulsar el ambicioso fondo pandémico de 750.000 millones de euros (US$890.000 millones) de la UE, pero sufrió una vergonzosa derrota política cuando la eurozona pasó por alto a Nadia Calvino, ministra de Economía de España, para la presidencia del Eurogrupo —la agrupación de ministros de Finanzas del bloque. El cargo fue para Paschal Donohoe, de Irlanda.

España tiene el potencial de recuperarse, como lo hizo hace unos años. Pero en un momento en que los países necesitan un liderazgo decisivo, Madrid tiene demasiadas debilidades en el escalafón superior.