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Turismo en México

De qué se trata "Costaalegre", el proyecto hotelero de lujo que recibirá un impulso de US$1.000

Una región costera de 240 km contará con uno o dos hoteles de gran lujo y un centenar de residencias vacacionales de estilo señorial, todo ello junto a un nuevo aeropuerto internacional construido específicamente con fines turísticos.

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En diciembre se inaugura el alojamiento Family Section del Grand Palladium Kantenah de Riviera Maya. | weekend

Los desarrolladores turísticos que transformaron Mandarina —un paraje virgen de la costa mexicana del Pacífico— de playa salvaje a bastión del turismo de lujo con el octavo mejor hotel del mundo, aspiran a más con Xala, un proyecto de US$1.000 millones en el estado de Jalisco.

Xala, ubicado en Costalegre, una región costera de 240 km, contará con uno o dos hoteles de gran lujo y un centenar de residencias vacacionales de estilo señorial, todo ello junto a un nuevo aeropuerto internacional construido específicamente para el proyecto. El lugar es un mosaico de manglares y estuarios a unos 145 km al sur de Puerto Vallarta y 130 km al norte de Manzanillo. El promotor Ricardo Santa Cruz, socio gerente de Actur, afirma que para unificar los terrenos fue necesario que él y sus socios cerraran 68 acuerdos de propiedad distintos a lo largo de cuatro años. La visión es crear el proyecto de desarrollo de menor densidad jamás realizado en México, dice a Bloomberg en entrevista exclusiva.

Lo primero es el Aeropuerto Internacional de Chalacatepec, ya construido como parte de una asociación público-privada, pero aún no inaugurado; se encuentra a solo 10 minutos de Xala. A mediados de 2024 podrá recibir aviones 737 en su pista asfaltada de 2,5 kilómetros; al principio recibirá sobre todo jets privados y vuelos regionales. El objetivo es que las operaciones del aeropuerto sean reducidas para que los pasajeros que lleguen puedan pasar el proceso de aduana en cuestión de minutos para encontrarse pronto descansando en tranquilas playas.

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Hoteles de lujo en México, ubicado en el área costera de Costalegre

Desde el punto de vista del turismo de lujo, el proyecto se centrará en un hotel Six Senses de 51 villas que será concluido en 2026, según los promotores. Cada habitación dispondrá de piscina privada; los huéspedes también tendrán acceso a un santuario de tortugas, 32 km de rutas de ciclismo de montaña y bahías naturales para practicar kayak.

El precio del proyecto —de US$1.000 millones— lo sitúa entre uno de los más caros de México en los últimos tiempos; proyectos igualmente ambiciosos y de baja densidad como Kanai, en la Riviera Maya yucateca, han mantenido en secreto las cifras de sus costos. La financiación procede de los principales accionistas de Xala: TPG-Axon Capital, Morgan Stanley, el Fondo de Pensiones del Estado de Jalisco, el Fondo Nacional de Infraestructura de México y algunos particulares de alto patrimonio aún no revelados.

El atractivo de Costalegre  

Al igual que el hermano mayor de Xala, Mandarina, y su impresionante hotel One&Only se benefician de la proximidad a Puerto Vallarta y su puñado de complejos de lujo, el nuevo proyecto se beneficiará de la cercanía a algunos destinos muy apreciados por la jet set. Alrededor de Xala se encuentran Cuixmala, una reserva de selva convertida en refugio de lujo, Careyes, el complejo turístico Las Alamandas y el Four Seasons Tamarindo, todos ellos en un tramo de 80 km de costa.

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Entre estas propiedades, Cuixmala resulta quizá la más conocida; su fundador, James Goldsmith, acogió a todo el mundo, desde Mick Jagger hasta Henry Kissinger y los difuntos presidentes Ronald y Nancy Reagan. El complejo sigue siendo popular entre estrellas como Tom Cruise, Madonna, Cara Delavigne y Gwyneth Paltrow.

Cuixmala y sus vecinos han convertido la zona en un refugio seguro para los amantes del sol que no quieren renunciar a la intimidad ni a las comodidades. Esta reputación ha atraído a marcas como Cheval Blanc a buscar emplazamientos para proyectos hoteleros. Sin embargo, pocos se han comprometido a construir, sobre todo por problemas logísticos y geográficos.

A diferencia de Mandarina, que cuenta con un gran aeropuerto a solo 22 kilómetros, los complejos turísticos de Costalegre se benefician actualmente de escasas infraestructuras para las masas. Llegar a Cuixmala o al Four Seasons Tamarindo, por ejemplo, suele requerir un viaje de cuatro horas desde el aeropuerto de Puerto Vallarta o un vuelo de 20 minutos en los aviones de hélice que pueden aterrizar en las pistas de hierba de Cuixmala y Las Alamandas. (El aeropuerto de Manzanillo está a una hora del Four Seasons, pero recibe muy pocos vuelos).

“Como no había infraestructura, gran parte de Costalegre se ha conservado”, dice Santa Cruz. “Para mí, por eso tiene el mayor potencial de turismo sostenible de México”.

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La visión de Xala

El emplazamiento de Xala es una mezcla única de bahías aptas para bañistas, océano con rompientes para hacer surf, manglares rodeados de selva y una cadena montañosa con senderos para ciclistas. De sus aproximadamente 1.200 hectáreas, 230 serán destinadas a la reforestación, mientras que Santa Cruz dice que su equipo está trabajando en la conservación marina para proteger los arrecifes de la zona.

El Six Senses aprovechará esa mezcla de terrenos con habitaciones tanto en la playa como a lo largo de la cresta. El establecimiento enfatizará en los ingredientes de cosecha propia procedentes de una granja en su “Alchemy Bar”, un espacio emblemático de la marca de bienestar donde los huéspedes podrán preparar sus propios exfoliantes y mascarillas de belleza. También contará con un bar y club de surf a pie de playa.

Con las reservas del hotel Six Senses a algunos años de distancia, Xala se ha enfocado hasta ahora en la venta de residencias. Según Santa Cruz, 30 de las 75 propiedades estilo Rancho Estate han atraído compradores con precios a partir de los US$5,5 millones. Se espera que otras 25 residencias hoteleras de la marca Six Senses, a partir de los 750 metros cuadrados, oscilen en un precio de entre US$8 millones y US$12 millones.

Las viviendas son un importante punto de diferenciación entre Mandarina y Xala, dice Santa Cruz. “Lo vemos como un lugar que la gente no solo visitará, sino que también vivirá”, explica, ya que Xala tiene el doble de casas y una fracción de las habitaciones de hotel.

“Estamos muy orgullosos de lo que hemos hecho en Mandarina, y verlo en el número 1 de Norteamérica en la lista World’s 50 Best de este año ha sido muy gratificante”, afirma Jerónimo Bremer, socio director de Actur (el One&Only Mandarina ocupa el octavo lugar en la lista mundial elaborada por William Reed Business Media, con sede en el Reino Unido, y el primero entre los hoteles de Norteamérica). “Ahora, Xala busca crear una comunidad residencial única, de la forma que Mandarina buscaba crear un resort de categoría mundial”.

Traducido por Paola Torre.