Huawei Technologies Co. ha recurrido a una combinación de ingenio, sarcasmo y desafío para combatir públicamente las acusaciones estadounidenses de que el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo está espiando para China. Es un cambio notable para un gigante cuyo fundador, Ren Zhengfei, rechaza los medios de comunicación y evita las demostraciones abiertas de poder.
El presidente rotativo de la compañía, Guo Ping, representa el nuevo credo. Caminando por el escenario, ante cientos de asistentes a la conferencia más importante de la industria telefónica esta semana, comenzó con una broma que trata directamente sobre los demonios de la compañía: “Nunca ha habido más interés en Huawei. Debemos estar haciendo algo bien".
Guo atacó a EE.UU., que puso a Huawei en el ojo público al orquestar el arresto del año pasado por parte de las autoridades canadienses de la directora financiera Meng Wanzhou, quien además es la hija del fundador. Instó a la multitud en Barcelona a rechazar el uso de la política para gestionar la seguridad cibernética y centró la atención en EE.UU., que aseguró está espiando a sus propias corporaciones. Algunos miembros de la audiencia aplaudieron.
"Prism, prism, ¿quién es el más confiable de todos?", dijo Guo en referencia al nombre clave del sistema de vigilancia usado por EE.UU. para acceder a las comunicaciones privadas de las compañías de Internet. "Si no contestas eso, puedes preguntarle a Edward Snowden".
En el corto lapso desde el arresto de Meng el 1 de diciembre, Huawei ha pasado de ser un objetivo asediado a un líder sin remordimientos de la seguridad de las telecomunicaciones. Asaltada por las acusaciones estadounidenses de que ayudan a Beijing, se ha transformado en una compañía abierta que pocos podrían haber imaginado hace apenas un año. Eso a pesar de enfrentarse a una campaña estadounidense de bloqueo en Europa, Australia y alrededor del mundo.
El jurado aún está deliberando sobre si la ofensiva de encanto ha funcionado, pero en las últimas semanas, la discusión se ha matizado.
Los operadores europeos han ofrecido ayudar a los gobiernos a idear una forma de trabajar con Huawei, a la vez que se protegen de las preocupaciones de seguridad. Líderes en Nueva Zelanda, Italia, Alemania y el Reino Unido han rechazado la presión de EE.UU. por una prohibición general de los productos de la compañía con sede en Shenzhen.
"Parece que EE.UU. se ha visto afectado por las respuestas escépticas del Reino Unido y otros gobiernos que quieren ver a Huawei de forma más granular", asegura Graham Webster, miembro del grupo de investigación New America con sede en Washington, el cual estudia la economía digital de China.
En enero, Huawei invitó a periodistas de medios extranjeros a una mesa redonda con el multimillonario Ren, quien negó las acusaciones de espionaje y un enlace con el gobierno chino, y llamó a Donald Trump un "gran presidente".
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La empresa creó una página web y una cuenta de Twitter llamada @Huaweifacts, comenzó a reforzar sus equipos de relaciones con los medios de comunicación y promocionó las nuevas tecnologías 5G y sus recién lanzado teléfono móvil plegable. El miércoles, Guo escribió un comentario para el Financial Times en el que criticó la piratería de servidores Huawei por parte de la Agencia de Seguridad Nacional.
"Claramente, cuanto más equipo Huawei se instala en las redes de telecomunicaciones del mundo, más difícil se vuelve para la NSA recopilarlo todo", escribió. “Huawei, en otras palabras, obstaculiza los esfuerzos de EE.UU. para espiar a quien quiera. Esta es la primera razón para la campaña en nuestra contra".
El discurso de Guo en Barcelona parece llevar los esfuerzos a un nuevo nivel, impulsado por un mayor sentido de urgencia. El jueves, los fiscales estadounidenses en Seattle deben detallar su caso penal contra Huawei, incluidas las denuncias de robo de propiedad intelectual. El 1 de marzo, Canadá tendrá que decidir si extradita a Meng, cuya próxima fecha de corte es el 6 de marzo.
"El discurso de Prism fue definitivamente un nivel diferente", dice Webster, de New America.
Al mencionar el programa estadounidense, Huawei podría estar tratando de ganar adeptos y recordarle a Europa que EE.UU. no tiene un historial impecable en lo que respecta a la vigilancia estatal, asegura Webster. Aún así, los gobiernos occidentales siguen siendo cautelosos con respecto a Huawei y tienen verdaderas preocupaciones de seguridad, mientras continúan hablando con Samsung Electronics Co. y otras compañías globales de tecnología acerca de las opciones para 5G. "Si Huawei se pone demasiado arrogante, no estoy seguro de qué tan bien le vaya a salir", dice Webster.