Los megaincendios que asolaron Chile en 2017 generaron el equivalente a 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero del país durante 2016, estimaron investigadores chilenos. Los peores incendios forestales registrados en el país sudamericano quemaron más de 570.000 hectáreas y los costos de su extinción alcanzaron más de US$350 millones, según un informe del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia de la Universidad de Chile publicado la semana pasada. El récord anterior era de 130.000 hectáreas en 2015.
Los incendios de 2017 arrojaron alrededor de 100 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente a la atmósfera, cercano a los 111,6 millones de toneladas que se emitieron en todo Chile el año anterior. Se necesitaría que los automóviles de Santiago, que tiene aproximadamente 7 millones de habitantes, circulen durante 23 años para igualar las emisiones de los peores megaincendios en la historia del país.
“No hay una varita mágica para solucionar estos incendios”, dijo el investigador Mauro González en la presentación del informe que se realizó en Santiago la semana pasada. “Tenemos un desafío por delante, ya que no podemos manejar el cambio climático y las condiciones meteorológicas, tenemos que concentrarnos en la prevención”.
El año pasado se registró la menor cantidad de lluvia caída en gran parte de Chile, lo que marcó el término de la década más seca de la que se tenga registro, un fenómeno vinculado al cambio climático que los científicos han calificado como megasequía. A medida que aumentan las temperaturas globales, el calor extremo y la falta de lluvia, empeoran los episodios de incendios forestales en otras partes del mundo, como California, Australia y la Amazonía.
Las llamas en Australia consumieron 10 millones de hectáreas en esta temporada. Los bosques en todo el mundo serán cada vez más vulnerables a los incendios forestales y la sequía a medida que avanza el calentamiento global, según un reporte de agosto del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. Si bien el área total quemada a nivel mundial ha disminuido en las últimas décadas debido a la menor quema de pastizales y sabanas, los científicos concluyeron que las mayores temperaturas han prolongado las temporadas de incendios en los últimos 40 años.