El crecimiento económico de India, que lidera las tasas de expansión a nivel mundial, enfrenta varios riesgos importantes: mayores precios del petróleo, tensión en los mercados emergentes producto del fin de la expansión monetaria, y la parálisis política previa a las elecciones generales del próximo año. Estos factores pueden golpear aún más a la rupia, la moneda asiática con el peor desempeño este año, así como mermar el optimismo que impulsó a la bolsa local a niveles récord.
También pueden servir para recordar a los inversores que, aunque la tercera mayor economía de Asia superó el doble trauma de una restricción de efectivo y la caótica introducción de un impuesto al consumo, aún no se ha recuperado del todo. La parálisis política previa a las elecciones también es una amenaza que los inversores deben tomar en cuenta, ya que sumada a una caída cambiaria y tasas de interés locales recientes, podría afectar el consumo e interrumpir la recuperación. Las exportaciones enfrentan además el riesgo de una guerra comercial mundial.
“El escenario para lo que queda de año no es muy optimista”, dijo Priyanka Kishore, economista jefe para India y el sudeste asiático en Oxford Economics en Singapur. “Es probable que el impulso de las reformas se desacelere antes de la elección en el 2019, a medida que el gobierno se concentra en conseguir más votos”.
Cifras publicadas el viernes mostraron que el producto interno bruto creció 8,2 por ciento en el segundo trimestre frente al año anterior. Es el mayor ritmo de expansión en nueve trimestres, y superó la media de 7,6 por ciento estimada por una encuesta de Bloomberg. Por ahora, la cifra consolida a India como la economía de mayor crecimiento en el mundo, de entre las más grandes, por delante de China, donde el creciente conflicto comercial con Estados Unidos empaña sus perspectivas de expansión.
Si bien la participación de India en el comercio mundial es relativamente pequeña, no es totalmente inmune a los conflictos internacionales. Una vía de contagio es el precio del petróleo, que subió tras el anuncio de nuevas sanciones de Estados Unidos contra Irán. Cada US$10 en el alza del petróleo se traduce en una subida de entre 30 y 40 puntos bases en la tasa de inflación y reduce el crecimiento económico en 15 puntos base para India, donde el consumo de crudo registra su expansión más acelerada a nivel mundial, explicó Nomura Holdings Inc.
Si a la ecuación se suma una moneda débil, el problema se agrava. Cada rupia en la tasa de cambio contra el dólar impacta en la cuenta de importación de petróleo de India, que alcanza los 109.000 millones de rupias (US$1.500 millones) anualmente, según a la unidad de Planificación y Análisis del Ministerio de Petróleo. La rupia, que bajó a un mínimo récord de 71,0350 por dólar el viernes, avanzó 0,3 por ciento a 70,7750 el lunes, en respuesta a un crecimiento económico mayor al esperado.