Israel bombardeó este lunes el centro de Beirut e intensificó ataques aéreos tras el asesinato el viernes del jefe de Hezbollah la semana pasada.
El ataque contra un edificio en pleno centro de la capital libanesa mató a primera hora del día a tres altos cargos de un grupo palestino llamado Frente Popular para la Liberación de Palestina, informaron medios de comunicación estatales libaneses. Hamás, todavía en guerra con Israel en Gaza, dijo que el jefe de su rama libanesa murió en un ataque contra su casa en el sur del Líbano.
En un indicio de una operación terrestre, el ministro de Defensa Yoav Gallant dijo a tripulaciones de tanques en la frontera norte que Israel utilizaría “todas las capacidades” que tiene “y ustedes son parte de este esfuerzo.”
El segundo al mando de Hezbollah, Naim Qassem, dijo que las fuerzas del grupo están preparadas para combatir a los israelíes en tierra si realizan una incursión. “Estamos listos si los israelíes deciden entrar por tierra”, dijo en un discurso televisado, sus primeros comentarios públicos desde el asesinato del líder Hassan Nasrallah el viernes.
Los ataques son parte de la campaña de Israel para paralizar a sus enemigos en Líbano y otros lugares. El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, calificó la muerte de Nasrallah como el mayor golpe en la historia a las redes de milicias apoyadas por Irán que se extienden desde Gaza a Yemen, Líbano, Siria e Irak.
Los ataques de Hezbollah continuaron. Israel dijo que interceptó un avión no tripulado sobre aguas del Mediterráneo que, según la Radio del Ejército, probablemente se dirigía a una plataforma en alta mar del yacimiento de gas natural de Karish.
Israel ha dicho que está preparando una posible incursión terrestre en el sur del Líbano, un paso que EE.UU. y otros temen que provocaría un conflicto prolongado que enfrentaría a Teherán con Washington. Las fuerzas especiales israelíes llevan meses realizando pequeñas incursiones selectivas al otro lado de la frontera con Líbano en anticipación a tal operación esta semana, informó The Wall Street Journal.
Los ataques israelíes contra Líbano en las últimas dos semanas han causado la muerte de al menos 1.000 personas, 100 de ellas en las últimas 24 horas, y han obligado a cientos de miles a abandonar sus hogares, según funcionarios locales.
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Aunque la mayor parte de la cúpula de Hezbollah ha muerto y gran parte de su arsenal ha sido destruido, autoridades afirman que conserva una considerable capacidad para infligir bajas a las fuerzas israelíes y disparar misiles a través de la frontera.
El ministro francés de Asuntos Exteriores, Jean-Noel Barrot, tenía previsto reunirse el lunes en Beirut con el primer ministro libanés, Najib Mikati. También verá al presidente de la Cámara de Representantes, Nabih Berri, estrecho aliado de Hezbollah. Mikati dijo que el ejército libanés está listo para desplegarse en la frontera israelí para aplicar una resolución de las Naciones Unidas sobre la desescalada de la crisis.
Hezbollah inició los ataques con cohetes a Israel el 8 de octubre en solidaridad con Hamás, un día después de que el grupo palestino protagonizara un ataque sin precedentes en Israel, desencadenando la guerra de Gaza. Tanto Hezbollah como Hamás son descritos como grupos terroristas por EE.UU.
Otro frente se ha abierto en Yemen, donde aviones de combate israelíes bombardearon el domingo un puerto marítimo y varias centrales eléctricas, tras una serie de ataques perpetrados este mes contra el centro de Israel por los rebeldes Houthi, apoyados por Irán.
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Netanyahu dio la orden el viernes de asesinar a Nasrallah desde su habitación de hotel en Nueva York, justo antes de pronunciar un desafiante discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas. Rechazó los esfuerzos de EE.UU. para un alto el fuego en Líbano. Washington, el aliado más cercano de Israel, sólo recibió un aviso de última hora cuando fracasó su último intento de detener la violencia.
El ataque del viernes contra Nasrallah —que arrasó varios edificios y mató, entre otros, a un alto mando de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán— fue el último de una serie de dramáticos atentados. Comenzaron a principios de este mes, cuando explotaron miles de buscapersonas y walkie talkies pertenecientes a miembros de Hezbollah.
Hezbollah está eligiendo al sucesor de Nasrallah. Su primo, Hashem Safieddine, se considera el favorito.
Irán no tiene prisa por tomar represalias, a juzgar por la primera reacción del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, en la que sugirió que Hezbollah y Líbano encabezarían la respuesta. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán dijo el lunes que el país no enviará fuerzas a Líbano para luchar contra Israel.
EE.UU. cree que Irán se ve frenado por el debilitamiento de su agente más importante, según una persona familiarizada con la política estadounidense. Además, cuando Irán atacó directamente a Israel en abril, sus cientos de misiles y aviones no tripulados fueron casi todos interceptados.
Netanyahu calificó la muerte de Nasrallah de “necesaria” para permitir el regreso a casa de decenas de miles de israelíes que han huido de los ataques de Hezbollah en los últimos 11 meses. Pero en un discurso grabado en vídeo, lanzó una advertencia a su pueblo: “En los próximos días, nos enfrentaremos a importantes desafíos”.
EE.UU. dijo que está reforzando su ya sustancial presencia militar en la región, una señal a Teherán sobre los peligros de reaccionar con demasiada agresividad.