El hecho de que Italia no haya logrado poner en orden su situación fiscal puede dejar a la economía propensa a una gran crisis cuando se avecine la próxima recesión.
El nuevo gobierno populista estableció un objetivo de déficit de presupuesto el próximo año de un 2,4 por ciento del PIB, en lugar de reducirlo, como lo exigió la Unión Europea. La brecha del gasto a su vez puede aumentar la agobiante carga de la deuda de la nación y los inversores respondieron negativamente, lo que provocó un desplome de las acciones y los bonos.
El nuevo objetivo "probablemente colocará la relación deuda/PIB de Italia en un equilibrio cada vez más inestable", dijo el economista sénior para Europa de Barclays Fabio Fois en Milán. "Los riesgos de que la relación siga un camino ascendente no son insignificantes en el mediano plazo".
En más del 130 por ciento del PIB, la relación deuda/PIB sigue siendo la segunda más alta en la zona del euro después de la atribulada Grecia, y alcanza un total de 2,3 billones de euros (US$2,7 billones) en términos absolutos.
El pesimista escenario futuro es simple. Una caída en el crecimiento, junto con mayores costos de intereses, podría afectar seriamente la capacidad del gobierno para pagar sus obligaciones. El aumento de los rendimientos de los bonos también puede hacer que sea más difícil para los bancos italianos vender sus préstamos vencidos.
La expansión en Italia y en la zona del euro en general ya se ha enfriado después del fuerte desempeño de 2017, y los riesgos a la baja han aumentado, incluyendo la creciente batalla comercial entre Estados Unidos y China, una política monetaria más restrictiva y la turbulencia de los mercados emergentes.
Matteo Salvini, de la Liga Norte, y Luigi Di Maio, del Movimiento 5 Estrellas, ven las cosas de manera diferente respecto del plan aprobado la noche del jueves en Roma.
Los líderes de la coalición dicen que el déficit del 2,4 por ciento para el año 2019 -que también podría haber sido trazado para el 2020 y 2021- ayudará a la demanda interna, impulsando a la economía en general y recortando el índice de deuda. Algunos economistas coinciden en que habrá un impulso de corto plazo, como Commerzbank que elevó su proyección de crecimiento para el próximo año.
Para profundizar su argumento, la coalición populista italiana puede mirar los esfuerzos de austeridad de las administraciones anteriores, que arrojaron resultados mínimos y la relación entre la deuda pública y el PIB apenas se ha reducido desde 2014.
"Bajo presión"
Pero hay otras implicaciones que considerar. Mientras que el gobierno aún no ha publicado todos los detalles, Goldman Sachs dijo en una respuesta inicial que la deuda pública "volverá a estar en una trayectoria ascendente". "Esa postura de política fiscal expansiva presionará a la economía italiana y a los activos italianos", sostuvo la estratega Silvia Ardagna.
El índice bursátil FTSE MIB de referencia de Italia cayó un 4 por ciento a las 3:45 p.m. hora de Roma. El rendimiento de los bonos a 10 años del país se disparó 35 puntos básicos para superar nuevamente el 3 por ciento.
A corto plazo, Italia probablemente pueda superar cualquier turbulencia del mercado, con un déficit por debajo del 3 por ciento -el límite de la UE- y la economía seguir creciendo. Pero la economía mundial parece haber pasado su mejor período, el ciclo actual está muy avanzado y algunos dicen que la próxima desaceleración no está muy lejos.
Durante años, Italia ha acumulado superávits primarios, que es el balance presupuestario excluyendo los intereses sobre su deuda. Pero esos pagos de intereses son una carga, y podrían empeorar si los inversionistas continúan considerando que el bono soberano es un prospecto más arriesgado. La UE ya proyecta que Italia tendrá este año y el próximo el ritmo de crecimiento más lento en el área de 19 naciones del euro.
En el debate de crecimiento versus austeridad, la decisión del gobierno de apoyarse en la primera no es una sorpresa dadas las promesas que hicieron durante la campaña electoral de este año de ayudar a los menos favorecidos y reducir la carga tributaria sobre algunos trabajadores.
Los inversores ya han dado a conocer su punto de vista, pero todo esto también llamará la atención de la Comisión Europea. "La comisión y los socios de Italia habrían estado dispuestos a hacer un gesto para darle al nuevo gobierno un margen de maniobra para implementar algunas de sus promesas de campaña", dijo Isabelle Mateos y Lago de BlackRock Investment. Pero si sus planes implican "romper el libro de reglas para los próximos tres años de manera masiva y llevar la deuda hacia una trayectoria ascendente, eso es completamente inaceptable".