Boris Johnson enviará el miércoles 2 de octubre su oferta final para el brexit a la Unión Europea, y ha advertido que se alejará de la mesa y sacará a Gran Bretaña del bloque sin un acuerdo si Bruselas no coopera con él.
Al dirigirse a la conferencia anual de su Partido Conservador en Manchester, Inglaterra, el primer ministro intentará retomar el control de la agenda después de errores de cálculo políticos que le han causado derrotas tanto en el Parlamento como en los tribunales. Pero está emitiendo una amenaza con la que corre el riesgo de repetir esas humillaciones.
La apuesta de Johnson solo tendrá éxito si alguien cede. La UE tendría que ceder un poco de terreno respecto a la frontera irlandesa. Los miembros del Partido Conservador de Johnson en el Parlamento tendrían que votar por un acuerdo que contenga elementos que no les gustan. Esta semana se ha visto algunos indicios de que ambos podrían moverse, aunque posiblemente no lo suficientemente lejos.
En su discurso, Johnson subrayará los incentivos para cada lado: para la UE, es una oportunidad de pasar la página del brexit, y para su partido, la posibilidad de una victoria electoral. Johnson quiere lograr el divorcio y luego convocar a una elección.
“Los votantes están desesperados por que nos enfoquemos en sus otras prioridades –lo que quiere la gente, lo que quieren los que quieren irse, lo que quieren los que quieren quedarse, lo que todo el mundo quiere, es seguir adelante”, dirá Johnson, según extractos de su discurso publicados por su oficina. “Logremos el brexit: podemos, debemos y lo haremos”.
‘Arreglo’
Johnson describirá su oferta como un “arreglo justo y razonable”, aceptable para ambas partes. La pregunta es qué sucederá si la UE no lo ve así. Lo que han escuchado de sus propuestas hasta ahora –y su tono más fuerte el martes– los alarmó, según funcionarios europeos.
La oficina del primer ministro dijo que esta sería su oferta “final” y, de ser rechazada, el Reino Unido se iría y comenzaría los preparativos para un brexit sin acuerdo. Un movimiento así podría causar que Johnson sea desafiado nuevamente en los tribunales, o incluso retirado del poder.
Según una ley aprobada el mes pasado, se le exige que busque una extensión de la membresía a la UE si no ha logrado un acuerdo. Sin embargo, no está claro si hará caso. “El primer ministro en ningún caso negociará un retraso”, dijo su oficina.
Esta semana ha mostrado algunos indicios de que podría haber una forma de llegar a un acuerdo. Diputados conservadores que se negaron a votar por el acuerdo negociado por Theresa May han insinuado que podrían ser persuadidos para respaldar un acuerdo, a fin de no perder el brexit por completo. El Partido Unionista Democrático, un aliado clave de Irlanda del Norte, ha apoyado públicamente a Johnson y sus esfuerzos de negociación esta semana.
En lo que podría ser un movimiento para dirigir al Reino Unido a un área donde un arreglo sea posible, los gobiernos de la UE han discutido en privado permitir un límite de tiempo para el llamado backstop irlandés, la parte más controversial del acuerdo, según dos personas familiarizadas con la situación. Pero solo se ofrecerá una concesión si Johnson presenta una propuesta viable, dijeron los funcionarios.
A menos de un mes para que Gran Bretaña abandone la UE, todo sigue dependiendo de la cuestión de la frontera irlandesa. Una vez que el Reino Unido haya abandonado la unión aduanera de la UE, será necesario que haya controles fronterizos, pero ambas partes se oponen a una infraestructura física.
Johnson ha dicho que quiere abolir el backstop –diseñado como una póliza de seguro para evitar una frontera dura en la isla de Irlanda–, porque plantea el riesgo de atrapar indefinidamente al Reino Unido en las normas de la UE. En las entrevistas de esta semana, dijo que la respuesta eran controles aduaneros “absolutamente mínimos y no intrusivos”.
“Tendrá que haber un sistema para los controles aduaneros fuera de la frontera”, dijo el primer ministro en una entrevista con la BBC. “Ahí es donde va a estar el argumento. Y ahí es donde la negociación será dura”.
Si esa es la oferta del miércoles, las negociaciones podrían ser cortas. Irlanda se opone a cualquier acuerdo que incluya controles aduaneros físicos.
Johnson le debe su trabajo al brexit. Fue su liderazgo en la campaña en 2016 lo que aseguró su lugar en los corazones de los activistas conservadores, y su resistencia al acuerdo de May lo que creó la vacante que cubrió. El miércoles intentará canalizar la frustración de los votantes con el proceso.
“Después de tres años y medio, la gente comienza a sentir que los están tomando por tontos”, dirá. “Están comenzando a sospechar que hay fuerzas en este país que simplemente no quieren lograr el brexit”.