Shenzhen, punto de partida de la apertura económica de China, nunca ha estado mejor. Pero la brillante megaciudad también se prepara para enfrentar una serie de nuevas amenazas en una era de relaciones internacionales cada vez más polémicas.
La ciudad china, en el delta del río Perla al norte de Hong Kong, festejará esta semana el aniversario número 40 de las reformas económicas que estimularon un crecimiento asombroso para China. La gran apertura, como se la conoce, transformó un pueblo de pescadores y productores de arroz en una próspera área metropolitana, que alberga de cientos de compañías, incluidas ocho controladas por magnates que se encuentran entre las 500 personas más ricas del mundo y juntos suman un patrimonio de US$110.000 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
Entre ellos se incluye a Pony Ma y Wang Chuan-fu de Tencent Holdings Ltd., quienes fundaron BYD Co., que produce más vehículos eléctricos que Tesla Inc. Y están entre los poderosos de China que deben dirigir sus negocios a través de nuevos desafíos. Los aranceles que el presidente estadounidense Donald Trump impuso a los productos chinos están afectando a la economía de todo el país.
Los aranceles que el presidente estadounidense Donald Trump impuso a los productos chinos están afectando a la economía de todo el país
Las acciones chinas cayeron a principios de este mes después de que Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei Technologies Co. con sede en Shenzhen e hija del multimillonario fundador del gigante de las telecomunicaciones, fuera arrestada en Canadá el 1 de diciembre a petición de Estados Unidos, que la ha acusado de violar las sanciones contra Irán. El Índice Compuesto de Shenzhen, de alta ponderación tecnológica, bajó alrededor de un 30 por ciento en el año, apuntando a su peor desempeño desde 2011.
"Los empresarios en Shenzhen y en otros lugares enfrentan fuertes vientos en contra en los próximos años", dijo Liu Jing, profesor de contabilidad y finanzas en la Escuela de Negocios de Cheung Kong en Pekín. "Se enfrentan a la posibilidad de que los mercados globales ya no permanezcan abiertos y que la demanda interna sea insuficiente".
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Eso no quiere decir que Shenzhen no haya estado en auge ya que produce todo, desde unidades de aire acondicionado hasta teléfonos inteligentes. Se proyecta que su producto interno bruto alcance los US$350.000 millones en 2018.
Pero muchos de los magnates de la ciudad ya se han visto afectados, en un grado u otro, por la "pérdida de valor" de 2018 de las acciones de internet chinas, que fue impulsada por la guerra comercial de Trump, el debilitamiento de los ingresos por publicidad para los negocios en línea y las preocupaciones sobre la desaceleración del crecimiento económico, dijo Chelsey Tam, analista de Morningstar Investment Service.
Los magnates chinos también enfrentan presiones locales, por el nuevo énfasis del gobierno del presidente Xi Jinping en la igualdad y por las nuevas políticas fiscales que amenazan con poner a los ricos y sus negocios bajo el microscopio.
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Si bien el Partido Comunista todavía respalda a los empresarios y empresas privadas como motores del crecimiento económico, parece tener una nueva actitud hacia la riqueza personal y el problema de la desigualdad de ingresos. Ha recortado los impuestos a los ciudadanos de bajos ingresos al tiempo que aumentó los impuestos sobre la propiedad y otros activos para aumentar la carga tributaria de los más ricos.
Muchos de ellos residen en Shenzhen, la ciudad más emblemática del espectacular ascenso de China. Después de convertirse en las primeras zonas económicas especiales del país en 1980, regidas por políticas más orientadas al mercado que eran radicales en ese momento, llegó mucha inversión extranjera atraída por los incentivos fiscales y de otros tipos.
Shenzhen fue pregonada por Deng Xiaoping, quien el 18 de diciembre de 1978, consolidó su poder después de la muerte de Mao Zedong durante una reunión de líderes del Partido Comunista. Eso sentó las bases para el cambio hacia una economía más orientada al mercado.
Shenzhen explotó, su población pasó de alrededor de 30.000 a más de 12 millones en menos de cuatro décadas, y ayudó a crear la nueva China. "Shenzhen nos ha dado un gran impulso en términos de innovación y un gran entorno de desarrollo", dijo Wang de BYD en una entrevista a principios de este año.
Shenzhen explotó, su población pasó de alrededor de 30.000 a más de 12 millones en menos de cuatro décadas
Entre los primeros magnates de la ciudad se encontraba Yuan Geng, un exguerrillero y asesor del líder rebelde de Vietnam, Ho Chi Minh. Como enviado del ministro de transporte de China, Yuan elaboró informes en la década de 1970 para los líderes del partido que pidieron la creación de la zona económica. Más tarde dirigió una unidad del conglomerado China Merchants Group, que desarrolló puertos y zonas de construcción en la ciudad.
Yuan murió en 2016 a la edad de 99 años, sin llegar a ser multimillonario, pero puede haber ayudado a trazar los planos para las ambiciones globales de China. En 2013, China Merchants Group compró una participación en un puerto en Yibuti, y el sitio web de la compañía dice que planea exportar a África el modelo de desarrollo que Yuan inició en los puertos de Shenzhen.
Mientras tanto, el año pasado se inauguró una estatua de Yuan en Shenzhen. Está ubicada junto a un gran centro comercial y complejo de entretenimiento conocido por restaurantes extranjeros, bares occidentales y un hotel con forma de barco gigante.