El presidente Mauricio Macri logró un acuerdo con 18 de los 24 gobernadores del país, y otros cuatro se comprometieron verbalmente, para equilibrar el presupuesto el próximo año con recortes ligados a un rescate del Fondo Monetario Internacional.
El senador Esteban Bullrich, uno de los principales aliados de Macri en el Congreso, comentó a Bloomberg el jueves que los gobernadores se comprometieron a no aumentar el gasto en 2019. Si bien el presupuesto es aprobado por el Parlamento, los gobernadores tienen una influencia considerable debido a las transferencias de fondos del Gobierno a las provincias.
Bullrich señaló que el acuerdo ayudará a que el presupuesto de 2019 sea aprobado en el Congreso a más tardar a mediados de noviembre. Se espera que el FMI apruebe formalmente la línea de crédito de US$57.000 millones para el gobierno de Macri hacia fin de mes. Analistas dicen que el préstamo ayudará a cubrir las necesidades de financiamiento del gobierno hasta el próximo año, pero la austeridad ligada a ello puede poner en riesgo las posibilidades de reelección de Macri en 2019, con la economía ya en recesión.
No fue posible contactarse con la oficina de prensa de Macri. Un funcionario del Ministerio de Hacienda afirmó que el gobierno avanza con la negociación del presupuesto y está optimista de que se aprobará pronto, aunque declinó comentar sobre los detalles del acuerdo.
Pérdida de confianza
Pese al acuerdo político, Bullrich precisó que este año Macri y su coalición, Cambiemos, perdieron parte de la confianza de la ciudadanía al no cumplir con objetivos económicos clave como la inflación.
Bullrich sostuvo que él y otros cercanos a Macri lucharon por alcanzar metas demasiado ambiciosas mientras mantenían, y en algunos casos aumentaban, los gastos de previsión social. Argentina comenzó el año con una meta inflacionaria de 15%, pero ahora se anticipa que los precios suban cerca de 32% este año y el presidente abandonó su objetivo de inflación.
El senador atribuyó parte de esto a la estimación errada del gobierno sobre cuán inexactos eran los datos financieros y económicos que heredaron del gobierno anterior.
"Hemos perdido algo de confianza este año y eso es algo que debemos admitir", aseguró Bullrich. "Habíamos creado expectativas de que la inflación bajaría más rápido y para nosotros ha sido más difícil mantener la vista en la red de previsión social y las metas de inflación que teníamos".