Microsoft Corp. acordó la compra de la compañía Activision Blizzard Inc., conocida por desarrollar y lanzar videojuegos exitosos como "Call of Duty" y "Warcraft", por US$68.700 millones, apostando a la unión de dos de las mayores fuerzas en el sector de los videojuegos.
El trato representa la inversión más grande en la historia de Microsoft y se produce en medio de las acusaciones de acoso que enfrenta Activision Blizzard, producto de una agitación cultural por su trato a las mujeres. En torno a esta situación, desde Microsoft se afirmó que el director ejecutivo de Activision, Bobby Kotick, “continuará desempeñando ese papel”. El comunicado de prensa lanzado para anunciar el acuerdo también informó que "una vez que se cierre el trato", el negocio de Activision Blizzard informará a Phil Spencer como nuevo director ejecutivo de Microsoft Gaming.
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La incorporación de títulos populares de Activision consolidará a Microsoft para ampliar su propia oferta con la consola Xbox, de larga historia con Activision, y competir mejor con la consola PlayStation, de su rival Sony Corp.
La franquicia más grande de la empresa, Call of Duty, contó con gran éxito en gran parte debido a la innovadora plataforma en línea de Microsoft, Xbox Live, que permite a los jugadores conectarse para partidas multijugador.
“Esta adquisición acelerará el crecimiento del negocio de juegos de Microsoft en dispositivos móviles, PC, consolas y la nube, y proporcionará elementos básicos para el metaverso”, dijo Microsoft el martes en un comunicado.
Activision ha estado sumida en la controversia durante meses en medio de varias demandas por acusaciones de discriminación y acoso de género. Kotick, al frente de la empresa durante tres décadas, ha estado bajo la presión de los empleados para que renuncie.
El escándalo ha afectado a una empresa que lucha por adaptarse al final del auge de los videojuegos causado por la pandemia. En noviembre, Activision retrasó dos de sus juegos más esperados y emitió un pronóstico de ventas para el cuarto trimestre por debajo de las expectativas de Wall Street, generando el desplome de sus acciones.