Los mineros de bitcoin en Argentina están aprovechando las ineficiencias de la economía intervencionista del país para obtener enormes beneficios, alentados por los recuerdos de las caídas de la moneda y gracias a la electricidad subsidiada por el Gobierno.
Mientras que numerosos países han experimentado auges en la minería de las criptomonedas este año, las tarifas ultra bajas de los servicios públicos y el resurgimiento de los controles de capital están ayudando a aumentar las ganancias de los mineros en la nación sudamericana. Para muchos expertos, es un ejemplo más de la permanente capacidad de los argentinos para inclinar las políticas heterodoxas de la nación a su favor.
“Incluso después de la corrección de precios del bitcoin, el costo de la electricidad para cualquiera que mine desde su casa sigue siendo una fracción de los ingresos totales generados”, dijo Nicolás Bourbon, quien tiene experiencia en la minería de monedas digitales desde Buenos Aires.
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Las criptomonedas han sido proclamadas durante mucho tiempo en Argentina como una forma para que los ciudadanos se protejan contra las crisis económicas cíclicas, incluidas las reiteradas devaluaciones de la moneda, los defaults, la hiperinflación y, ahora, una recesión de tres años agravada por la pandemia. Además de la energía barata, el regreso de los controles de divisas en los últimos años han dado a los argentinos, que enfrentan restricciones para comprar dólares, aún más incentivos para minar tokens digitales, ya que la creciente demanda de activos distintos del peso ha hecho que el valor del bitcoin se dispare a casi 5,9 millones de pesos en los mercados no oficiales hasta el domingo, frente a unos 3,4 millones de pesos a la tasa oficial.
Los mineros se benefician de los subsidios a la electricidad residencial que existen desde hace tiempo en el país, una política destinada a ganar puntos políticos con los votantes, pero que está alimentando cada vez más la tensión dentro de la coalición peronista gobernante.
A pesar de que Argentina es un importador neto de gas, las facturas de electricidad de los consumidores representan solo entre el 2% y 3% de un ingreso mensual promedio, en comparación con el doble que en otros mercados latinoamericanos como Brasil, Colombia o Chile, según Ezequiel Fernández, analista en Balanz Capital Valores en Buenos Aires.
Además, con una inflación en torno al 50% anual y una restricción de divisas que permite a las personas convertir legalmente solo US$200 al mes, la demanda desenfrenada de cualquier reserva de valor está impulsando una caída del peso en los mercados paralelos, donde ahora es un 70% más débil que la tasa oficial.
“El cripto que generan los mineros generalmente se vende al tipo de cambio paralelo, pero la energía se paga a una tarifa subsidiada”, dijo Bourbon. “Por el momento, los ingresos son muy altos”.
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Las empresas mineras internacionales están detectando oportunidades. El mes pasado, la canadiense Bitfarms Ltd. anunció que llegó a un acuerdo para acceder directamente a una central eléctrica local para obtener hasta 210 megavatios de electricidad a gas natural, en un intento por poner en marcha la que será la mayor instalación de minería de bitcoin en Sudamérica.
“Estábamos buscando lugares que hayan sobredimensionado sus sistemas de generación eléctrica”, dijo en una entrevista el presidente de Bitfarms, Geoffrey Morphy. “La actividad económica en Argentina ha disminuido y la energía no se está utilizando en su totalidad. Así que fue una situación en la que todos salían ganando”.
Sin duda, la demanda de energía industrial no está totalmente cubierta por los subsidios. Pero el precio de US$0,022 por kilovatio hora que Bitfarms dice que pagará por la electricidad está muy por debajo de la tarifa del mercado mayorista de alrededor de US$0,06 por kilovatio hora para los clientes industriales que no están conectados a la red local, según Fernández, de Balanz Capital.
“Para ciertos generadores de energía con fácil acceso al gas, vender el exceso de energía a los mineros de bitcoin durante parte del año tiene sentido, especialmente si el generador de energía evita de alguna manera los controles de divisas al recibir el pago en dólares duros fuera de Argentina o en bitcóin”, señaló Fernández.
Un portavoz del Ministerio de Energía de Argentina declinó comentar sobre el acuerdo, al igual que un portavoz de la agencia tributaria argentina.
Independientemente de la volatilidad del bitcoin en los próximos meses, es casi seguro que la minería en Argentina seguirá siendo rentable para las personas siempre que el Gobierno pague al menos una parte de la factura de la electricidad.
“Los mineros saben que los subsidios son ridículos”, dijo Bourbon. “Simplemente se aprovechan de ello”.