La tensión está aumentando en Guyana tres días después de su elección presidencial, ya que candidatos rivales reclaman la victoria y la autoridad electoral no ha logrado publicar los resultados.
Está en juego el control de la economía de más rápido crecimiento del mundo y sus vastos depósitos de petróleo en alta mar.
El martes en la noche, la alianza opositora iba adelante por un margen entre 55% y 44% sobre el partido del presidente David Granger, en un conteo preliminar de la votación con 322 de 2.399 mesas electorales.
La Comisión Electoral de Guyana luego eliminó el informe de su sitio web, que desde entonces ha colgado un mensaje que dice “¡los resultados preliminares llegarán pronto!”
“Los problemas con esta elección han creado una enorme desconfianza”, dijo Thomas Singh, profesor de economía de la Universidad de Guyana. “Ambas partes afirman que han ganado, lo que crea el conflicto de cómo pasar a algo que todos aceptarán”.
A Partnership for National Unity, una empresa de Granger amigable para los negocios, se enfrenta al Partido Progresista del Pueblo de Irfaan Ali, que se ha comprometido a renegociar algunos contratos petroleros. El Fondo Monetario Internacional pronostica que la economía crecerá 86% este año, la más rápida del mundo, impulsada por el petróleo extraterritorial inicialmente perforado con éxito por Exxon Mobil Corp. hace cinco años.
La situación se complicó aún más el jueves por la tarde cuando la oposición ganó una orden judicial que prohíbe que la comisión electoral declare resultados, informó el diario Stabroek News.
Los votantes afroguyaneses generalmente respaldan el partido de Granger, mientras que la población indoguyanesa respalda principalmente a la oposición.
“Si esto toma más tiempo (más allá de esta semana), tendremos protestas, probablemente incluso violentas”, dijo Raúl Gallegos, director con sede en Bogotá de Control Risks, una firma de consultoría internacional.
Esta división étnica aumenta el riesgo de disturbios, ya que ninguna de las partes quiere ceder el control justo cuando la nación parece estar en la cúspide de la mayor bonanza petrolera del mundo.
“No veo ninguna forma obvia de salir de esto, y temo que se prolongue”, dijo Singh. “Sea lo que sea que se decida y se anuncie oficialmente será rechazado debido al nivel de desconfianza que se ha generado”.
