La oposición envió un mensaje al presidente Nicolás Maduro a través de cientos de médicos, trabajadores de la salud y otros voluntarios desplegados en los barrios marginales de la nación: incluso sin ayuda externa, podemos cuidar a los venezolanos. La oposición, liderada por Juan Guaidó, reconocido como líder de Venezuela por las naciones más poderosas del mundo, tenían un segundo mensaje para Maduro: permitan la entrada de medicina y alimentos que han comenzado a llegar a la frontera desde Estados Unidos.
La doctora Aidée García, una de los numerosos médicos enviados a los barrios marginales en 10 estados el domingo, rogaba a Maduro que dejara entrar los medicamentos: “Aquí tenemos la infraestructura, tenemos los médicos, pero no tenemos los medicamentos ni los suministros para atender a las personas. La gente no tiene medicinas, los niños y los ancianos están desnutridos". Guaidó está tratando de demostrar que es el líder legítimo de Venezuela, aunque no tiene poder real. Maduro sigue controlando a casi todo el Gobierno, especialmente a los militares.
Bloqueo a la ayuda
Maduro bloqueó la ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos a la frontera colombiana. El senador norteamericano Marco Rubio viajó allí el domingo para visitar las instalaciones de ayuda a medida que llegan los cargamentos con recursos humanitarios. "Gracias Senador Marco Rubio por acompañar todo este noble esfuerzo para lograr la ayuda humanitaria", escribió Guaidó en Twitter.
Las fuerzas de Guaidó enviaron médicos, enfermeras, dentistas, políticos, estudiantes y otros voluntarios por todo el país. En un campamento en Macarao, un barrio marginal en el oeste de Caracas, los voluntarios recibieron a unas 600 personas enfermas. Los pocos medicamentos que tenían (antibióticos, analgésicos o antihipertensivos) están disponibles para cualquier voluntario. La cuestión es que hay mucho más esperando justo al otro lado de la frontera, pero bloqueado por Maduro, quien califica la ayuda humanitaria de una "invasión".
Ancianos malnutridos que caminaban con bastones, madres jóvenes con bebés enfermos, mujeres con hielo sobre las mejillas para aliviar el dolor de muelas formaban largas colas en la calle para recibir tratamiento. Muchos de los pacientes allí no tenían idea de quién era Guaidó y pensaban que era un enviado del Gobierno. Algunos apenas saben quién es el líder de la oposición de 35 años.
Los grupos de ayuda tradicionales rechazaron las medidas y dicen que se trata de una estrategia política, pero Guaidó espera que la iniciativa, respaldada por Estados Unidos, persuada a los militares de su país a reconocerlo, abriendo una posibilidad para el alivio que se necesita con urgencia.
Guaidó dijo que los voluntarios acompañarán la ayuda a través de barricadas construidas en un puente en desuso que conecta a las dos naciones. Maduro ordenó a las fuerzas de seguridad bloquear los suministros, diciendo que son parte de un esfuerzo del Gobierno del presidente Donald Trump para proporcionar un pretexto para la intervención. Ignorando todo eso y bajo un fuerte sol, los ciudadanos esperaban durante horas para ser examinados en Macarao. Algunos de ellos, con una presión arterial muy baja, casi se desmayan. No tenían nada para desayunar.