Si bien la tecnología G5 promete ser tan veloz que podría revolucionar la forma en que usamos todo, desde los electrodomésticos hasta los autos, también es susceptible de abrir las puertas a los hackers.
Es lo que señaló el gobierno de Australia este jueves al prohibir que Huawei Technologies Co. y ZTE Corp. de China provean equipos inalámbricos de nueva generación a los operadores telefónicos del país.
Según un comunicado del secretario del Tesoro Scott Morrison y el ministro de Comunicaciones Mitch Fifield, las redes inalámbricas consisten en un “núcleo” y un “borde”: en el primero tienen lugar las funciones sensitivas como autenticación, voz y enrutamiento de datos, mientras que el segundo conforma la parte donde los teléfonos y las laptops se conectan con el “núcleo”.
El problema es que, con 5G, las divisiones entre el “núcleo” y el “borde” pueden desdibujarse, según el comunicado.
“Esta nueva arquitectura ofrece una manera de eludir los controles de seguridad tradicionales vulnerando la seguridad de los equipos en el borde de la red, vulneración que puede afectar la integridad general y la disponibilidad de la red, así como también la confidencialidad de los datos de clientes”, según el comunicado. “El Estado no encontró ninguna combinación de controles técnicos de seguridad que atenúe en medida suficiente los riesgos”.
Los fabricantes chinos de equipos también reciben críticas en los Estados Unidos, donde los reguladores han propuesto prohibir que las compañías de telecomunicaciones utilicen subsidios federales para realizar compras a empresas como Huawei y ZTE que plantean, dicen, un riesgo para la seguridad nacional. Huawei y ZTE cuestionan dicha afirmación.
