Perú inició el martes la administración de la vacuna contra el covid-19 de Sinopharm, mientras el Gobierno trata de crear conciencia pública en un país donde las encuestas sugieren que casi la mitad de la población se opone a la inoculación.
Los médicos de los hospitales de Lima recibieron sus primeras dosis de la vacuna de Sinopharm tras la llegada de 300.000 dosis de China el domingo. Está previsto que lleguen otras 700.000 dosis el 14 de febrero.
Perú se convierte en la primera nación latinoamericana en usar la vacuna china, que es fundamental en su plan de inocular hasta la mitad de sus 33 millones de habitantes durante el primer semestre de este año. El Gobierno ha firmado acuerdos para 85 millones de dosis de Sinopharm, Pfizer, AstraZeneca y de la alianza Covax, aunque hasta ahora solo se ha confirmado la llegada de 2 millones hasta abril.
De acuerdo con una encuesta de Ipsos el mes pasado, 48% de los encuestados dijo que no quería vacunarse, frente a un 22% en agosto.
Esta semana, el Gobierno también comenzó una campaña en las redes sociales para promover la vacuna ante la desconfianza pública generalizada. De acuerdo con una encuesta de Ipsos el mes pasado, 48% de los encuestados dijo que no quería vacunarse, frente a un 22% en agosto. Las preocupaciones sobre la velocidad con la que se desarrollaron las dosis y los posibles efectos secundarios fueron algunas de las razones dadas para la oposición.
Perú ha reportado más de 42.000 muertes confirmadas por covid-19, y se sospecha que miles más han sucumbido a la enfermedad. Un aumento en los contagios por coronavirus desde diciembre ha provocado déficits de oxígeno medicinal y una escasez de camas en las unidades de cuidados intensivos y de personal médico. También ha obligado al Gobierno a imponer cuarentenas en Lima y en otras zonas del país.