A medida que la primera ministra Theresa May se acerca a un acuerdo para el brexit, el desfile de compañías que abandonan Gran Bretaña se está haciendo más fuerte.
Solo el martes, CME Group Inc. informó que trasladará su mercado de financiamiento a corto plazo de US$240.000 millones diarios desde Londres a Ámsterdam, lo que representa otro golpe para la City de Londres, mientras que el fabricante alemán de rodamientos de bolas Schaeffler AG anunció el cierre de dos de sus tres plantas británicas. Horas más tarde, el fabricante de aparatos quirúrgicos Steris Plc indicó que planea trasladar su base corporativa desde el Reino Unido a Irlanda.
El momento en que lo hacen no es tan extraño como parece. Lo que sea que acuerde May en Bruselas, no pondrá fin a la incertidumbre que ha atormentado a las empresas desde el referéndum de 2016. Un acuerdo les dará tiempo -un período de gracia de dos años mantendrá el status quo- pero es probable que entonces surja otro escenario complicado en diciembre de 2020.
El acuerdo en el que trabaja May está lleno de decisiones confusas y pospuestas, lo que deja al Gabinete del Reino Unido discutiendo si las garantías que ofrece Gran Bretaña podrían terminar vinculando al país al sistema comercial de la Unión Europea para siempre. Las compañías estarían encantadas si ese fuera el caso, pero los políticos favorables al brexit están horrorizados ante la perspectiva. Por lo tanto, las empresas no pueden hacer planificaciones en caso de que los políticos pro brexit ganen, ya sea ahora o en los próximos años.
Los bancos comerciales fueron los primeros en ejecutar sus planes, ya que rápidamente se dieron cuenta de que el período de transición no sería legalmente vinculante hasta que fuera demasiado tarde para ser de utilidad para ellos. Aunque en marzo de este año se hizo el acuerdo en principio no será algo definitivo hasta que se firme el acuerdo de separación. Las mejores estimaciones establecen esa fecha para diciembre, a solo tres meses del día de salida.
Los fabricantes tardaron un poco más. May les había prometido que lucharía para mantener el comercio con la UE con la menor cantidad de fricciones posibles. Trasladar plantas de automóviles es más engorroso que mover a unos pocos banqueros y los ciclos de inversión significan que las decisiones toman tiempo. Pero otras compañías ahora se están poniendo al día: ejemplos recientes incluyen a Smurfit Kappa Group Plc que abandona una planta, Panasonic Corp. que se traslada a Ámsterdam y el minorista de productos Muji que busca una nueva sede.
Es probable que May no tuviera muchas alternativas para un enfoque para avanzar lento con el brexit, ya que era la única forma de sumar a su partido con ella y evitar una rebelión a gran escala. Poco a poco ha llevado a su gabinete a una relación con el bloque más cercana de lo que muchos en su partido desean. El problema es que para cuando la nueva relación sea clara y legalmente vinculante, muchas empresas ya habrán decidido irse.