Ford Motor Co. está pidiendo al sindicato United Auto Workers que ponga fin a su huelga de más de un mes y advirtió que si el paro laboral continúa perjudicará tanto a las comunidades locales como a la economía estadounidense en general.
“Hago un llamado a mis grandes colegas de la UAW”, dijo el presidente ejecutivo, Bill Ford, en declaraciones pronunciadas en la histórica fábrica Rouge construida por Henry Ford en Dearborn, Michigan. “Necesitamos unirnos para poner fin a esta enconada ronda de conversaciones”.
El sindicato comenzó su huelga el 15 de septiembre después de que expirara un contrato de cuatro años y afectó a plantas operadas por Ford, General Motors Co. y Stellantis NV, propietaria de las marcas Jeep y Ram. Desde entonces, el presidente de la UAW, Shawn Fain, ha mantenido en vilo a los tres principales fabricantes de automóviles de Detroit, y el 11 de octubre anunció una sorpresiva paralización en la planta de camiones de Kentucky, la fábrica más grande de Ford.
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“Cerrar esa planta perjudica inmediatamente a decenas de miles de estadounidenses”, dijo Ford, bisnieto de Henry. “Si la huelga continúa, tendría un impacto importante en la economía estadounidense y devastaría a las comunidades locales”.
La decisión del sindicato de suspender las actividades en la planta de Ford en Kentucky fue una escalada de proporciones ya que en ella se fabrican versiones especiales y más caras de las camionetas F-Series y los grandes vehículos utilitarios deportivos Lincoln Navigator y Ford Expedition.
Las relaciones entre Ford y el sindicato han sido tradicionalmente mejores que las que ha tenido el UAW con GM y la ex Chrysler. Pero en las últimas semanas, Ford ha manifestado su descontento con el ritmo de avance de las conversaciones y el director ejecutivo, Jim Farley, se ha mostrado en desacuerdo con la decisión del jefe del UAW, Fain, de no reunirse con Bill Ford antes de la fecha límite de la huelga.