El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo el domingo que impulsará proyectos de obras públicas y préstamos con bajo interés para suavizar el golpe del brote de coronavirus.
En un breve discurso sobre nuevos anuncios y amplias medidas de estímulo, López Obrador dijo que aprovecharía el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios, conocido como FEIP, junto con el desembolso de más de 2 millones de préstamos para viviendas y pequeñas empresas para ayudar a la recuperación económica del país. La decepción por la política ayudó a que el peso cayera el lunes a un mínimo histórico en la transacciones en Asia.
También prometió crear 2 millones de empleos en nueve meses, una tarea importante si se considera que México creó solo alrededor de 342.000 empleos en todo 2019, el primer año de López Obrador en el cargo.
El presidente, después de pasar gran parte de su vida criticando la estrecha relación entre la élite política y el mundo empresarial en México y prometiendo proteger a los pobres, ahora encuentra difícil proponer medidas a las que se opuso enérgicamente en administraciones anteriores.
Algunos analistas están preocupados de que el paquete de estímulo no sea suficiente para ayudar a sacar a la economía de una recesión que, según dicen, será peor este año que la devastadora crisis del tequila de mediados de la década de 1990. COP cayó 2,7% el lunes a un mínimo intradiario récord de 25,7110 por dólar.
Carlos Petersen, analista de Eurasia Group en Washington, dijo que el mensaje de López Obrador no tiene nada nuevo, tal como esperaban. Sostuvo que es más de lo mismo: sus planes sociales y de infraestructura, con algunos recursos adicionales o mediante créditos.
López Obrador reiteró que continuará con la construcción del nuevo aeropuerto de Santa Lucía en Ciudad de México y la refinería Dos Bocas, dos de sus proyectos favoritos que requieren miles de millones de dólares de las arcas públicas y que, según él, aumentarán los empleos.
Su Gobierno también está reduciendo la carga impositiva de Pemex en 65.000 millones de pesos adicionales (US$2.500 millones), aunque no estaba claro de inmediato si esta es una nueva medida.
Alberto Ramos, economista jefe de América Latina para Goldman Sachs, escribió en una nota después del discurso del presidente, que consideraba que el plan fiscal es decepcionante y que las autoridades mexicanas parecen estar subestimando el impacto económico de la pandemia viral y la necesidad de una reorientación más profunda de la política fiscal.
López Obrador agregó que el Gobierno anunciará esta semana un paquete de inversión de 339.000 millones de pesos en infraestructura energética con empresas privadas. Dijo que recortará los salarios de los altos funcionarios del Gobierno, incluido el suyo, y exigirá más recortes de gastos operativos.
Petersen indicó que es extremadamente preocupante que el presidente no esté dispuesto a ajustar y cambiar los planes en un momento en que la economía realmente lo necesita. Agregó que está claro que López Obrador está convencido de que sus planes funcionarán, lo que hará que cualquier cambio en su estrategia sea muy difícil y que mientras más tarde reaccione, peor será para la economía.