Los rescates aéreos de 36.000 millones de dólares en Europa podrían anunciar un cambio hacia viajes con menos emisiones, a medida que los países imponen condiciones ambientales a la ayuda. Esos requisitos también pueden significar que los clientes tengan menos opciones y paguen más.
Austria está tomando las medidas más radicales en su acuerdo para financiar el brazo local de Deutsche Lufthansa AG. El Gobierno impondrá un precio mínimo por boleto de 40 euros (US$45) para desalentar los viajes no vitales, mientras que las tarifas para los vuelos de menos de 350 kilómetros subirán a 30 euros. Además, los servicios de Austria Airlines a ubicaciones a menos de tres horas de Viena serán reemplazados por viajes en tren.
“Es bueno terminar las cosas que simplemente no tienen sentido, como los boletos demasiado baratos”, dijo el director ejecutivo de Lufthansa, Carsten Spohr, el lunes después de que la unidad de Austrian Airlines del grupo alemán obtuviera 450 millones de euros en apoyo estatal. “No tiene sentido ecológica o económicamente. Por eso, me imagino implementando estas medidas en otros lugares europeos”.
Francia también está tomando medidas para reducir los vuelos de corta distancia, exigiendo a Air France reducir los servicios nacionales en un 40% como parte de un paquete de 7.000 millones de euros, y se espera que Países Bajos imponga condiciones ambientales en la financiación de la empresa hermana KLM. Lufthansa misma evitó tales limitaciones en su rescate.
El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, ha dicho que el Gobierno quiere convertir Air France en la aerolínea más ecológica del mundo, en parte reduciendo los vuelos nacionales en un 40% y retirando el servicio entre ciudades que están a menos de 2 1/2 horas de distancia en tren.
Falta de ambición.
“Las medidas son vagas, carecen de ambición y algunas son problemáticas”, dijo Greenpeace Francia en un comunicado el martes, pidiendo una mayor reducción de vuelos. Lo que propone el Gobierno, que mantendría los vuelos de conexión más cortos al aeropuerto París-Charles de Gaulle, reduciría las emisiones de carbono de los viajes aéreos en Francia solo 6,6%, dijo, citando cifras de la Red de Acción Climática.
Para las aerolíneas de bajo costo, que son más rentables que las aerolíneas de red y han recibido mucho menos apoyo estatal, los elementos de la nueva agenda verde amenazan con empeorar los problemas. Ryanair Holdings Plc, la mayor aerolínea de descuento en Europa, y Wizz Air Holdings Plc, la número 1 en Europa del Este, ya se han enfrentado a los rescates por su potencial para distorsionar la competencia en los próximos años.
Tamara Vallois, portavoz de Wizz, dijo el martes en un correo electrónico que Austria aún no ha informado de ninguna estipulación sobre tarifas mínimas, pero que “rechaza cualquier decisión” que socave la libertad de fijación de precios y los principios de la Unión Europea con respecto a la libre circulación de servicios, personas, bienes y capital.
El brazo Lauda de Ryanair, un servicio de bajo costo que opera en Austria, planteó las mismas preocupaciones sobre los principios fundacionales de la UE en un comunicado enviado por correo electrónico y dijo que se opone a cualquier restricción sobre las tarifas.
El director ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary, estuvo involucrado en una disputa con Spohr el año pasado, cuando las aerolíneas se vieron presionadas para reducir las emisiones de carbono. Lufthansa argumentó que las compañías de descuento tenían la culpa de alentar a las personas a realizar viajes innecesarios, mientras que O’Leary culpó a la compañía alemana por operar aviones más viejos y dijo que Spohr quería evitar que las personas más pobres vuelen.
Tren o avión
La eliminación gradual de las rutas cortas en Austria se centrará en aquellas en las que el tren pueda hacer el viaje en tres horas. Eso podría poner fin a los vuelos Viena-Salzburgo, y también servicios desde la capital a Graz y Klagenfurt una vez se completen nuevos túneles ferroviarios a finales de esta década. Incluso entonces, Austrian Airlines ha insistido en que los aeropuertos regionales retengan enlaces aéreos a uno de los otros centros de Lufthansa en Múnich, Fráncfort y Zúrich.
Austria, donde el Partido Verde es un socio menor en un Gobierno de coalición, también planea negociar un acuerdo climático con Lufthansa para lograr mayores reducciones de carbono y ruido, aunque Spohr ha dicho que el reemplazo de los aviones más antiguos solo será posible cuando Austrian Airlines pueda pagarlos.