Las fábricas en Europa han registrado un estancamiento en el crecimiento de las exportaciones este mes mientras la economía siente el impacto de la guerra comercial global que continúa intensificándose.
La industria automotriz, uno de los blancos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se está llevando la peor parte de la desaceleración de la demanda, según la última encuesta mensual de IHS Markit. En septiembre la fabricación global en la zona del euro creció al ritmo más lento en dos años y los nuevos pedidos de exportación no aumentaron por primera vez desde 2013.
En un mundo de robots, las automotrices contratan más humanos
Los resultados de Markit se hacen eco de las preocupaciones expresadas por los fabricantes de automóviles europeos, que son particularmente vulnerables a sufrir daños colaterales por la guerra comercial entre EE.UU. y China. Pero además hay efectos más amplios, luego que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) señalara esta semana que el crecimiento mundial puede haberse estancado.
Esa advertencia se produjo la misma semana en que se profundizó la guerra comercial entre EE.UU. y China ya que Pekín dijo que tomará represalias contra la orden del presidente Donald Trump de aplicar más aranceles sobre las importaciones desde la nación asiática.
Las tensiones comerciales son "una preocupación real y verdadera para nuestro negocio porque siempre estamos pensando en ciclos a largo plazo", dijo el miércoles el máximo ejecutivo de la división de camiones de Daimler AG, Martin Daum, en una entrevista de Bloomberg Television. "Dependemos de la estabilidad a largo plazo".
Los fabricantes de automóviles son el sector con peor desempeño de Europa en los últimos seis meses, con un descenso de más del 10 por ciento, frente a un aumento del 2 por ciento para el índice Stoxx 600.
En China, las ventas de automóviles cayeron por tercer mes consecutivo en agosto, mientras la desaceleración del crecimiento económico amenaza con poner fin a la expansión de casi tres décadas del mercado de vehículos.
"El problema en China es la percepción", dijo el jueves Klaus Rosenfeld, máximo ejecutivo de Schaeffler Group, proveedor alemán de partes industriales y de automóviles. "Hay una percepción negativa, y creo que la guerra comercial, la discusión de los aranceles alimenta esto".
Las tensiones comerciales se ciernen sobre toda la industria, desde los camiones hasta los vehículos deportivos de lujo, en tanto el CEO de Ferrari NV, Louis Camilleri, dijo esta semana a analistas que espera que "la racionalidad prevalezca", porque una "guerra arancelaria entre Europa y EE.UU. sería bastante dramático".
Además, una demanda más débil de automóviles tendrá consecuencias en otros fabricantes. En la encuesta de Markit para Francia, hogar de Peugeot y Renault, dijo que "la evidencia anecdótica sugirió que muchos fabricantes vieron una reducción en la demanda del sector automotor".
En septiembre, la debilidad en el PMI de la zona del euro se debió a la industria manufacturera, mientras la medida de los servicios se elevó a un máximo de tres meses. Markit señaló que el índice combinado apunta a una expansión trimestral de alrededor del 0,5 por ciento.
Pero, según el economista jefe de Markit, Chris Williamson, las lecturas más débiles de los pedidos pendientes y exportaciones significan que "los riesgos para el crecimiento futuro parecen inclinarse a la baja". También está la turbulencia en los mercados emergentes, que está afectando la percepción de manera más amplia.
"Mientras que la disputa entre EE.UU. y la UE ha estado contenida, la incertidumbre derivada de la agitación mundial sigue pesando sobre los fabricantes europeos", dijo Bert Colijn, economista de ING. "Los grandes socios comerciales emergentes están lidiando con monedas depreciadas, lo que limita el potencial de exportación europea".