Simpatizantes de Juan Guaidó tomaron las calles del este de Caracas el martes, reiterando el llamado del asambleísta para que el régimen venezolano permita la entrada de ayuda humanitaria al atribulado país.
La gente avanzó por la avenida Francisco de Miranda, con banderas sobre sus hombros y carteles que decían "Fin a la usurpación del poder", mientras se dirigían hacia el escenario donde Guaidó tenía previsto ofrecer un discurso.
Tiendas y restaurantes permanecieron abiertos, pero algunas de las principales avenidas en el centro de Caracas estuvieron cerradas cerca de una plaza donde Maduro iba a asistir a una contra-manifestación. Un gran camión reproducía a todo volumen temas de reggaetón con propaganda del gobierno.
Se trata de la tercera protesta en las últimas dos semanas contra el presidente autoritario Nicolás Maduro. Las manifestaciones opositoras han sido las mayores desde 2017, pero a diferencia de ese año violento, el régimen ha permitido en gran medida que los ciudadanos marchen. Sin embargo, la policía ha allanado barrios por la noche en busca de partidarios de la oposición. Al menos 35 personas han muerto y más de 850 han sido detenidas, según grupos de derechos humanos como Provea y el Foro Penal.
Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional que asegura ser el líder legítimo de Venezuela, ha centrado su atención en los envíos de alimentos de emergencia en la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta. Grupos de ayuda tradicionales afirman que se trata de una estrategia política, pero Guaidó cuenta con el respaldo Estados Unidos para persuadir a las fuerzas armadas de su país a fin de que lo reconozcan y permitan la entrada de la ayuda que se necesita con urgencia.
"Estamos avanzando. Tenemos apoyo internacional y pronto abriremos un camino para las elecciones", afirmó Nathalie Torres, comerciante de 37 años. Caminó desde la barriada comercial de La Candelaria junto a otras tres mujeres, todas vestidas con camisas blancas y sombreros tricolor. Al menos una bandera de EE.UU. ondeaba en medio de los colores venezolanos.
Mientras Venezuela enfrenta una profunda escasez de productos de primera necesidad como antibióticos, equipos de primeros auxilios y fórmula para bebés, Maduro asevera que la ayuda es un pretexto para llevar a cabo una invasión, enviada para humillarlo y debilitar a su presidencia. A unos 65 kilómetros de Puerto Santander, donde se almacenan las donaciones, sus fuerzas de seguridad utilizaron contenedores de transporte y un camión con acoplado para bloquear un puente internacional.
La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional señaló que la primera fase de un programa de ayuda de US$20 millones incluirá kits de alimentos e higiene, suplementos nutricionales y equipos médicos de emergencia. Lester Toledo, coordinador internacional de ayuda humanitaria de Guaidó, informó que Brasil autorizó la instalación de un centro de acopio en el estado fronterizo de Roraima. La ayuda también llegará a través de una isla caribeña.
No obstante, los esfuerzos de Guaidó para persuadir a los militares han dado pocos resultados públicos: solo un general y un coronel, entre miles de oficiales de alto rango, han desertado en las últimas semanas. Ninguno controla tropas.
El martes, cientos de partidarios del gobierno se reunieron en la Plaza Morelos de Caracas, la mayoría representantes de ministerios e instituciones públicas según sus camisas y sombreros.
"EE.UU. se niega a entender que somos libres", manifestó Pedro Villegas, de 25 años y líder estudiantil del partido socialista PSUV de Maduro. "Guaidó es un lacayo; ha sido impuesto por una agenda extranjera para robar el poder".
