Brasil debe reducir el gasto y las obligaciones para evitar una “recesión como la de la década perdida de los años 80”, según un estudio realizado por la Organización para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Con el aumento de los niveles de deuda tras el paquete de ayuda impulsado por el Gobierno para enfrentar la pandemia, el crecimiento sostenido depende de los ajustes fiscales y el cumplimiento de las normas en materia de gasto público, advirtió la OCDE en una encuesta económica de Brasil publicada el miércoles.
“Sin medidas contundentes, los costos de financiamiento podrían aumentar sustancialmente, poniendo en peligro la sustentabilidad fiscal y deprimiendo la inversión”, señaló la organización con sede en París.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, presentó el miércoles los hallazgos del informe de 138 páginas junto con el presidente del Banco Central de Brasil, Roberto Campos Neto, y el ministro de Economía, Paulo Guedes. Hablando desde París, Gurría elogió la rápida respuesta en materia de políticas del Gobierno, pero advirtió que el desafío por delante era “gastar mejor, en lugar de gastar más”.
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La OCDE espera que la economía más grande de América Latina se contraiga 5% en 2020 y crezca 2,6% el próximo año. El déficit presupuestario primario, excluidos los pagos de intereses, aumentará a 10,7% del producto interno bruto este año.
Gastar mejor
El programa de estímulo económico del presidente Jair Bolsonaro logró salvar a Brasil de una recesión más profunda y reducir la pobreza mientras se desataba la crisis del coronavirus. Sin embargo, su precio astronómico, que elevó la deuda pública a más del 94% del PIB, ha generado nerviosismo en los mercados ya que el líder ha tratado de extender parte de la ayuda después de que expire a fin de año.
El miércoles, Guedes intentó una vez más de calmar los temores, diciendo que su visión para la economía estaba en línea con la de la OCDE. “Brasil no hará que el gasto pandémico sea permanente”, sostuvo.
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En su informe, la OCDE recomienda a los encargados de la política monetaria mantener las tasas de interés bajas hasta que las presiones inflacionarias se vuelvan “claramente visibles”, salvaguardar la autonomía del banco central, aumentar los beneficios del programa de ayuda Bolsa Familia e indexar los aumentos de la seguridad social a los precios al consumidor en lugar del salario mínimo.
La OCDE aludió a preocupaciones sobre la productividad, la eficiencia en el gasto, la corrupción y la creciente desigualdad. El informe también pidió a Brasil que aumente los esfuerzos para combatir la deforestación.
“Muchos de los entornos institucionales y políticos de Brasil fueron creados para un mundo que es muy diferente de los desafíos actuales de hoy”, según el informe.
