Hay muchas razones por las que Japón está decidido a celebrar las Olimpiadas de Tokio este verano, una vez ya pospuestas, pero la razón rara vez se discute en público: China.
El próximo año, Pekín será la sede de los Juegos de Invierno, y China ha dejado en claro que planea seguir adelante después de haber logrado contener en gran parte la pandemia dentro de sus fronteras.
Eso ha llamado la atención de los funcionarios del Gobierno japonés, quienes han estado citando el aumento de publicidad de China para los Juegos Olímpicos de Invierno en sus conversaciones con los organizadores de los Juegos de Tokio, según una persona involucrada en la planificación del evento deportivo de tres semanas, que comenzará el 23 de julio. Los organizadores ven eso como una señal de que Japón quiere seguir adelante con los Juegos a pesar de la pandemia en curso, dijo la persona, que pidió no ser identificada porque estas preocupaciones no se están discutiendo públicamente.
Los Juegos Olímpicos, que alguna vez tuvieron la tarea de regresar el foco de atención mundial hacia la segunda economía más importante de Asia, se han convertido en un dolor de cabeza para el Gobierno del primer ministro Yoshihide Suga. Los brotes en curso en muchos lugares, incluido Japón, han generado muchas dudas sobre si los juegos deberían seguir adelante según lo planeado.
Si bien los organizadores han emitido protocolos sobre cómo planean proteger a los atletas y al público —incluido un sistema de pruebas periódicas y uno de burbujas— la pandemia se ha convertido en una prueba más para controlar el virus. Eso está generando una rivalidad política con China, que ha manejado un enfoque de tolerancia cero para erradicar el patógeno, y Japón, donde la vida cotidiana se ha visto menos alterada pero los casos de covid persisten.
“El peso de China, especialmente entre los conservadores de Japón, es muy grande en términos de la forma en que ven su propia posición y la forma en que ven a su país”, dijo David Leheny, profesor de política en la Universidad de Waseda. “Si Japón no puede tener los Juegos Olímpicos porque no ha manejado bien la pandemia o la campaña de vacunación no ha sido lo suficientemente rápida, pero China sí logra hacer los suyos, eso será otro golpe”.
Representantes de la oficina del primer ministro y del comité olímpico local no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
China es, por mucho, el mayor socio comercial de Japón, y también una de sus mayores amenazas a la seguridad, con barcos de ambos países que se persiguen diariamente alrededor de las disputadas islas del Mar de China Oriental. Si bien Japón ya no puede esperar competir con China en términos de tamaño económico o poder militar, en tiempos normales al menos habría tenido una buena oportunidad de organizar una mejor fiesta.
HV