Cuando Tailandia devaluó su moneda hace dos décadas, pocos en los mercados mundiales de materias primas prestaron atención. En un año, la crisis se transformó en una venta masiva para los mercados emergentes que aniquiló el precio de todo, desde el petróleo crudo hasta el cobre.
Actualmente Turquía presenta un problema similar. La lira ha caído casi un 50 por ciento frente al dólar desde principios de agosto, arrastrando a las acciones y los bonos locales. Los mercados de materias primas no han reaccionado, no siquiera el oro se ha visto afectado por el caos. Los operadores se centran más en las sanciones iraníes, los ataques a las minas de América del Sur y el daño a los cultivos provocados por la sequía, todo lo cual apunta a precios de las materias primas más altos, no más bajos.
Ahora, la caída de la lira se está extendiendo a otras economías en desarrollo, con una amplia debilidad de las monedas y las acciones en mercados como Sudáfrica, India e Indonesia. El problema llega en un momento en que esas naciones ya se estaban ajustando a los mayores costos de endeudamiento luego de que la Reserva Federal de Estados Unidos elevara las tasas de interés en junio, por séptima vez desde 2015.
"El problema es que el mundo está adicto a un entorno de tasas de interés extremadamente bajas", dijo Richard Fullarton, con sede en Londres, fundador de Matilda Capital Management Ltd., fondo de cobertura enfocado en materias primas. "La transición a tasas más altas afectará más de lo esperado. Deberíamos esperar menores tasas de crecimiento durante una fase de transición".
Sume a la mezcla la guerra comercial entre EE.UU. y China, y la posibilidad de una importante desaceleración en el crecimiento de los mercados emergentes el próximo año es más significativa. El Fondo Monetario Internacional advirtió en un informe el mes pasado que "el equilibrio de riesgos ha cambiado aún más a la baja". Desde entonces, las guerras comerciales se han intensificado y las monedas de muchos países emergentes se han debilitado.
Donald J. Trump@realDonaldTrumpAcabo de autorizar una duplicación de aranceles sobre el acero y el aluminio con respecto a Turquía, debido a que su moneda, la lira turca, cae rápidamente frente a nuestro fuerte dólar. [El arancel sobre] El aluminio ahora será del 20% y el acero del 50%. ¡Nuestras relaciones con Turquía no son buenas en este momento!Enviado a través de Twitter para iPhone.Ver el tuit original.
Mientras que en crisis anteriores –desde la crisis de deuda latinoamericana de los años 1980 hasta la crisis del sudeste asiático de 1997– se podía confiar en que EE.UU. apagara el fuego, esta vez más bien lo ha empezado.
El viernes, después de aplicar nuevos aranceles al acero y al aluminio a Turquía, el presidente Donald Trump recurrió a Twitter para destacar los problemas en Ankara, diciendo que la lira "cae rápidamente frente nuestro fuerte dólar". La moneda cayó a un mínimo histórico.
La Reserva Federal subió las tasas en junio a su nivel más alto en una década y el mercado de deuda prevé nuevas alzas para este año. Hasta ahora, los mercados de materias primas parecen haber ignorado el potencial de contagio en los mercados emergentes. Donde ha habido pérdidas, han estado más estrechamente vinculados a otras preocupaciones. El cobre perdió cerca del 15 por ciento en dos meses debido a las preocupaciones de que el crecimiento de China se desacelere, mientras que los precios de la soja en EE.UU. cayeron un 20 por ciento en el mismo período al tiempo que Washington y Pekín emitían aranceles comerciales recíprocos.
El Índice de Materias Primas de Bloomberg ha caído un 5 por ciento este año, en comparación con la caída del 31 por ciento en 1998 y el descenso del 37 por ciento en 2008.
"Los riesgos en torno a la crisis económica de Turquía no son triviales, pero, en este momento, los riesgos de contagio son limitados", dijo Amrita Sen, principal analista petrolero de Energy Aspects Ltd., en Londres.
En comparación con hace dos décadas, los mercados emergentes ahora tienen el potencial de causar muchos más estragos en los mercados de las materias primas. Por ejemplo, el petróleo: la Agencia Internacional de Energía espera que las naciones industrializadas representen solo una sexta parte del crecimiento del consumo el próximo año, en comparación con el 50 por ciento de 1999. Es una tendencia similar en otros productos básicos clave, desde el cobre al carbón y la soja.