Estados Unidos está librando una guerra comercial en varios frentes, por lo que los economistas están empezando a tomar en serio la idea de que el presidente Donald Trump podría actuar sobre su preferencia de un dólar débil.
"Si bien no es nuestro escenario base, no podemos descartar un giro hacia una política monetaria más intervencionista, particularmente dado que la administración actual ha insinuado, a veces, una preferencia por la debilidad del dólar o se ha opuesto a la manipulación percibida de la moneda china", dijo esta semana en una nota de investigación Michael Feroli, economista jefe para EE.UU. de JPMorgan Chase & Co.
En una ráfaga de mensajes en Twitter el mes pasado, Trump acusó a China y la zona del euro de manipular sus monedas, y se quejó de que un dólar en alza está socavando la "ventaja competitiva" de EE.UU. En referencia a las alzas de tasas de interés de la Reserva Federal, el presidente dijo: “un ajuste ahora afecta todo lo que hemos hecho".
EE.UU. no ha intervenido en los mercados para vender dólares desde el año 2000 cuando se unió a otros miembros del Grupo de los Siete en un esfuerzo por impulsar al euro. La última vez que compró dólares fue en 2011 como parte de una apuesta internacional para evitar que el yen subiera después de que un terremoto y un tsunami en Japón llevó a los habitantes del país a repatriar efectivo.
Pero los analistas están despertando a la realidad de que Trump puede seguir adelante con su persuasión, con posibles implicaciones para la independencia de la Reserva Federal.
"Creemos que la Fed se alinearía y jugaría su papel habitual de seguir al Tesoro en la política del dólar", dijo Feroli. Sin embargo, señaló que la intervención monetaria probablemente no tendría ningún efecto en la política monetaria, ya que el banco central probablemente "esterilizaría" las transacciones mediante la compra de una cantidad compensatoria de valores estadounidenses en el país, dejando así la base monetaria sin cambios.
Cualquier intento por manipular el valor del dólar en los mercados correría el riesgo de socavar el argumento de Trump del mes pasado de que China ha estado manipulando su moneda. EE.UU. ha defendido durante mucho tiempo un pacto del Grupo de los 20 que señala que las economías miembro "se abstendrán de las devaluaciones competitivas y no apuntarán a nuestras tasas de cambio con fines competitivos".
Si China toma la delantera en una guerra de divisas, dejando caer el valor del yuan, podría tener un impacto deflacionario en todo el mundo, ya que un dólar más fuerte restringiría la liquidez global, dijo esta semana Oxford Economics en una nota.
Por ahora, el Banco Popular de China sugiere que no apoyará una fuerte caída del yuan, y la semana pasada intervino para respaldar la moneda, luego de que cayera a su nivel más bajo en más de un año.