La sonda china Chang’e-5 logró aterrizar con éxito sobre la luna el pasado martes 1 de noviembre.
Este nuevo hito alcanzado por el programa espacial de Pekín fue concretado con el objetivo de recolectar muestras de suelo lunar para luego traerlas de regreso a la Tierra y, con posterior análisis, entender mejor los orígenes del satélite, su formación y actividad volcánica.
Dicha sonda, que lleva su nombre en conmemoración de una diosa de la luna en la mitología china, entró en la órbita de la Luna el pasado sábado tras 112 horas de viaje desde la Tierra. El alunizaje fue concretado sobre la cara visible en horas de la tarde del martes.
Un gran cantidad de imágenes y videos fueron difundidos. En ellos se ve como el módulo espacial de 8,2 toneladas se posa sobre el suelo lunar. El contenido fue replicado través de diversas plataformas contenidas en internet.
Estando allí, se estima la recolección de al menos dos kilos de material perteneciente a la superficie en una zona inexplorada que lleva el nombre de Oceanus Procellarum o “Océano de las Tormentas”. El proceso de recaudación duraría un día lunar o 14 días terrestres.
Las rocas se colocarán primero en el módulo de ascenso. Luego, serán enviadas nuevamente a la tierra en una cápsula que aterrizará en la región china de Mongolia Interior, a principios o mediados de diciembre.
De tener éxito, China se convertirá en el tercer país en extraer muestras de la Luna, después de Estados Unidos y la Unión Soviética entre los años 1960 y 1970. A su vez, el país asiático invirtió millones de dólares con la esperanza de, en un futuro cercano, poder contar con una estación espacial tripulada y, eventualmente, enviar seres humanos a la Luna. Los astronautas y científicos chinos también han abordado la posibilidad de enviar misiones tripuladas a Marte.
Tampoco es la primera vez que China envía una sonda a la Luna en el marco del programa Chang'e. Un robot teledirigido chino se posó en el lado oculto de la Luna en enero de 2019.
JFG / DS