La omisión de un tema como la ciencia y la tecnología durante la campaña electoral de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue sospechosa. Quizás se explique por la falta absoluta de políticas científicas a lo largo de ocho años de gestión del PRO: nada para mostrar.
Hoy por hoy ya no son suficientes para ningún partido político las declaraciones electoralmente correctas del estilo “es importante apoyar a la ciencia”, Desde el Gobierno de la Ciudad se ha ignorado al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conicet) como fuente de consulta para ayudar a resolver los problemas cotidianos de sus vecinos. Esta falta de reconocimiento hacia los científicos y hacia el organismo que nos nuclea como interlocutores no es distracción: es un modelo político que no quiere ciencia en términos institucionales.
En el año 2000 había provincias que no tenían prácticamente ciencia propia y en estos doce años han creado Institutos Científicos abocados a resolver sus problemáticas locales. El PRO no inauguró ningún instituto de este tipo en ocho años de gestión, en un distrito que posee una gran cantidad de recursos asignados.
Esto deja en evidencia por qué el Gobierno de la CABA invierte 1000 veces menos en Ciencia y Tecnología que lo que indica la ley. Sólo se creó una Dirección de Ciencia sin contenido alguno y sin rumbo. También es parte de este modelo político omitir la enseñanza de la ciencia en las escuelas de la ciudad y no fomentarla activamente pese a que figure en los programas.
¿Quién fomenta las vocaciones científicas sino lo hace el gobierno local? ¿No deberían ser ciertas políticas transversales a todos los partidos políticos con sus lógicos matices? Si realmente el PRO mostró esta pasividad ante el sistema científico en la CABA, ¿qué debemos esperar que ocurra a nivel nacional si llegan a ser gobierno?
No sería la primera vez que un jefe de Gobierno usa su gestión en la CABA como plataforma para llegar a ser Presidente. Ya lo hizo el Dr. Fernando De la Rúa que terminó de destruir el sistema científico que ya el menemismo había desmantelado, recortando un 13% el salario magro que cobraban los científicos en ese entonces. Los ciclos y sus protagonistas se repiten: el brazo ejecutor de ese recorte fue Patricia Bullrich -hoy primera candidata a diputada nacional por el PRO en la CABA- y que en ese entonces era Ministra de Trabajo.
¿En qué parte de su gestión pone el PRO al conocimiento científico? El principio de este siglo nos encontró con un desmantelamiento del Conicet. El mismo contaba con 3000 investigadores de los cuales sólo 400 tenían menos de 45 años. Ese fue el éxito de las políticas neoliberales. Hoy tenemos 9000 investigadores y 10 mil becarios. En particular, la CABA tiene 6000 investigadores, becarios y técnicos y 64 institutos. En ocho años de gestión el PRO sólo ha firmado cuatro convenios con el Conicet mostrando un manifiesto desinterés por la capacidad de investigación, por la difusión de la ciencia, por la mejora de la calidad educativa y por estimular el despertar de las vocaciones científicas.
Es indiscutible que a partir del año 2003 se comenzó un proceso de reparación histórica en materia de Ciencia y Tecnología: aumento del presupuesto y del número de investigadores y becarios, creación de un Ministerio de Ciencia y Tecnología, creación de numerosos institutos de investigación y repatriación de científicos.
De todos modos este proceso está lejos de ser perfecto y durante el segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner han surgido problemas que complican mucho la vida cotidiana de los investigadores: falta de indexación por inflación de los fondos asignados a la investigación sumado a un gran retraso en la asignación de los mismos, complicaciones para la importación de insumos, aumento exponencial de la burocracia e intolerancia con el disenso.
Sin embargo -y pese a esto- nos hemos ido bien lejos en materia de Ciencia y Tecnología de aquellos años de olvido y de miseria a los que quieren volver algunos de los que hoy hablan con énfasis de cambio. Apostar a la Ciencia y la Tecnología genera un gran impacto en la economía de un país y permite mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Pero es un recurso que no está siendo utilizado en la CABA por el Gobierno de la Ciudad lamentablemente y la proyección de esta inacción a nivel nacional es sumamente preocupante. Todos aquellos que quieran dirigir los destinos de un país deberían entenderlo más temprano que tarde.
(*) Dr en Ciencias Biológicas. En Twitter: @MatiasPandolfi