CIENCIA
afecta a 1,5 millon de argentinos

Científicos de Argentina, México y Brasil, en carrera por la vacuna contra el Chagas

Desde los 70 no hay nuevos avances en tratamientos por falta de interés de las farmacéuticas. Galería de fotos

Dedicacion. María Elena Botazzi trabajando en su laboratorio del Colegio de Baylor (EE.UU.) y en Buenos Aires junto a Isabela Ribeiro, de la DNDi.
| Cedoc Perfil

A pesar de haber sido descripto hace más de un siglo, el Chagas continúa siendo una enfermedad “desatendida” porque afecta a las poblaciones más vulnerables, no es una prioridad en salud púbica y recibe poco interés por parte de la industria farmacéutica. Las dos drogas disponibles para su tratamiento, benzidazol y nifurtimox, fueron registradas en la década del 70. Desde esa época ha habido pocos avances en el desarrollo de medicamentos que sean más efectivos y tengan menos toxicidad.

Sin embargo, recientes investigaciones que tienen como protagonistas a científicos de América Latina abren la esperanza de contar con una vacuna terapéutica para prevenir o retrasar las complicaciones de los pacientes infectados con el parásito Trypanosoma cruzi. En la Argentina, se estima que viven con Chagas un millón y medio de personas.

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Una de las investigaciones más avanzadas es la del consorcio conformado por el Instituto de Vacunas Sabin, el Colegio Baylor de Medicina (EE.UU.) y la Universidad Autónoma de Yucatán (México). “Desarrollamos una vacuna terapéutica basada en proteínas recombinantes. La intención es que pueda ser utilizada, sola o en forma conjunta con otros medicamentos, en pacientes en una etapa crónica de la enfermedad o al inicio de una cardiopatía”, le explicó a PERFIL María Elena Botazzi, del Colegio Baylor, durante la reunión anual de la Plataforma de Investigación Clínica en Enfermedad de Chagas que se realizó en Buenos Aires.

El desarrollo se basa en la identificación de dos proteínas esenciales del parásito T. cruzi (Tc24 y/o TSA1), que son el blanco de esta inmunoterapia. “En los ensayos preclínicos la vacuna mostró una reducción del 60 al 70% de la carga parasitaria. Ahora estamos trabajando en la formulación para comenzar con las fases de investigación de seguridad y efectividad en humanos”, sostuvo.

Promesas. Otra de las investigaciones para dar con una vacuna terapéutica contra el Chagas tiene como protagonistas a científicos brasileños. El desarrollo induce a un tipo de linfocitos de la sangre a actuar contra dos antígenos del parásito. “Demostramos en experimentos con ratones de laboratorio que nuestra vacuna es capaz de estimular al sistema inmunológico a combatir el Trypanosoma cruzi, al inducir a un tipo de linfocitos de la sangre a actuar contra dos antígenos del parásito”, le dijo a PERFIL Ricardo Gazzinelli, del Instituto Oswaldo Cruz, de Río de Janeiro.

En Argentina, investigadores del Conicet y las universidades de Rosario y el Litoral también están desarrollando el prototipo de una vacuna oral contra el Chagas. “Estamos trabajando a nivel experimental sobre dos aspectos: uno es la producción de los antígenos chagásicos en bacterias lácticas por técnicas recombinantes y otra el desarrollo de un adyuvante en el mismo sistema para poder luego combinarlo en el desarrollo de un prototipo de sistema vacuna oral”, detalló Christian Magni, del Instituto de Biología Molecular de Rosario.

Para Isabela Ribeiro, directora del Programa contra el Chagas de la Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas (DNDi por sus siglas en inglés), la investigación en vacunas contra la enfermedad vive hoy un momento muy auspicioso, tras años sin avances. “Actuar en la eliminación del parásito y en  la respuesta inmune es una asociación muy prometedora”.

En el mismo sentido se manifestó Marcelo Abril, director de Programas y Proyectos de la Fundación Mundo Sano. “Vemos con mucho interés que haya grupos de investigación dedicados a este tipo de desarrollos. Cuantas más herramientas, mejor. Pero no hay que olvidar que son proyectos a futuro, hoy por hoy no existe una vacuna contra el Chagas. Lo importante es, en las áreas endémicas, trabajar en el control vectorial y, en las que no los son, en la transmisión madre-hijo, por transfusión sanguínea y trasplante de órganos. Además, hay que promover pruebas diagnósticas y mejorar el acceso a los tratamientos disponibles”, concluyó.