La primera alerta saltó hace un par de semanas cuando el director del instituto Inifta, que depende del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata, reveló que estaban a punto de cerrar sus puertas porque no habían recibido partidas para sus gastos de funcionamiento.
“Cada año nos mandan cinco cuotas para mantenimiento y servicios. En 2018 llegó a fines de marzo y antes tuvimos que pedir prestado. Cuando finalmente lo recibimos, no estaba ajustado por inflación sino que era igual en monto nominal a 2017. Pero la luz, el gas y los servicios aumentaron. En promedio el Inifta requiere $ 250 mil mensuales para limpieza, seguridad y energía. Y ni siquiera podemos pensar en mantenimiento. Se nos hace imposible trabajar así”, le contó a PERFIL Félix Requejo.
La situación parece repetirse en otros organismos científicos y movilizó esta semana a investigadores y becarios frente al Ministerio de Ciencia. De hecho, 130 directores de institutos científicos de todo el país presentarán mañana un documento donde manifiestan su “preocupación ante la situación presupuestaria e institucional que viven el Conicet y otros organismos dependientes del Mincyt” y piden una reunión urgente con Alejandro Cecatto y el ministro Lino Barañao.
“La crisis presupuestaria ha puesto al Conicet al borde de la parálisis: muchas unidades ejecutoras todavía no han recibido ninguna cuota presupuestaria en 2018, y las que lo hicieron, han visto reducido su monto nominal (sin ajustar por inflación) en un 20% respecto de 2017”, advierte el petitorio firmado por Ana María Franchi, Gloria Dubner, Andrea Gamarnik, Alejandro Vila, Alberto Kornblihtt, Marcelo Rubinstein y Ernesto Calvo, entre otros científicos.
A esto se le suma la falta de medidas para paliar el impacto de la devaluación, que redujo en casi un 20% la capacidad de compra de insumos y equipos importados, según explicó el doctor Juan Pablo Paz, director del Instituto de Física de Buenos Aires y otro de los firmantes. Pero desde el Conicet niegan esta situación: “El flujo de partidas para el funcionamiento operativo de los instituto es similar a años anteriores”.
Becas. Otro de los puntos del reclamo es la “fuerte” disminución en el número de ingresos a la Carrera del Investigador Científico del Conicet, particularmente para aquellos postulantes en temas generales. Aunque el ministerio declinó opinar para este artículo, fuentes del Conicet aseguraron a PERFIL que “a fines de abril se abrirá el llamado a concurso para la Carrera del Investigador 2018 y se cubrirán 450 cargos”. Sin embargo, para Paz, dados los plazos de esta futura convocatoria, el número de ingresantes 2018 será igual a cero: “No va a entrar ningún investigador y en cuatro años de gobierno solo completarán tres camadas de ingresos”.
“El Gobierno dice querer más ciencia y se referencia en Israel y Australia. Pero para parecernos deberíamos multiplicar por tres la cantidad de investigadores que tenemos hoy, medido respecto a la población económicamente activa. Y cuadriplicar al menos el presupuesto del sector”, sostuvo Roberto Salvarezza, ex presidente del Conicet y actual diputado por Unidad Ciudadana.
A esta situación se sumó el sector gremial. Según Julieta Aidar, vocera de ATE Conicet, el ajuste llega también al INTI, INTA, Conea y otros organismos. “Por jubilaciones y caída de contratos se va mucha gente, y esos puestos no se renuevan. Hay cada vez menos técnicos y personal de apoyo a la investigación y mayor sobrecarga laboral y atrasos en el pago de subsidios. Además, el Ministerio de Modernización tiene frenadas designaciones de concursos hace ya 18 meses”.
Por eso, esta semana instalarán frente al Congreso una carpa de protesta. “Queremos concientizar el 10 de abril, el Día del Investigador Científico”. Una fecha instituida por el nacimiento de Bernardo Houssay, uno de los padres fundadores de la ciencia argentina.