El investigador perteneciente al Cadic y el Conicet, Jorge Rabassa, dejó una inquietante alerta sobre las chances de que haya un tsunami en Tierra del Fuego y Santa Cruz. El geólogo advirtió que "tarde o temprano" se puede producir este fenómeno ya que por la Falla de Magallanes, el Atlántico Sur es una zona de riesgo sísmico.
“Las condiciones están dadas para que, en algún momento, tarde o temprano, se provoque un tsunami en el Sur de la Costa Atlántica”, aseguró el doctor en Ciencias Naturales desde Ushuaia, en diálogo con el portal Infobae.
Rabassa, perteneciente al Centro Austral de Investigación Científica (CADIC) y el Conicet hace años que busca concientizar sobre el impacto que podría generar dicho fenómeno sobre Tierra del Fuego y Santa Cruz, por eso pide a las autoridades que tomen medidas de precaución. “Hay una gran ignorancia sobre el tema pero yo sigo tratando de generar conciencia”, indicó.
Cómo actuar frente a un tsunami
En esa línea, siguió: "Los sismos y tsunamis existen, y son posibles en nuestro país. En 1898, Mendoza fue totalmente destruida por un terremoto y San Juan lo sufrió cuarenta y seis años después. No estamos haciendo fantasía científica, solamente decimos que estas cosas pasaron y pueden volver a ocurrir".
El investigador detalló que en un período que abarca entre mil y seis mil años, se produjeron al menos tres tsunamis en la zona de Magallanes y Ushuaia. "Sacando Mendoza y San Juan, Tierra del Fuego está considerada como la tercera provincia en actividad sísmica", agregó.
"No sería descabellado pensar que hubiera incidido algún movimiento sísmico porque -no muy lejos- está el Lago Fagnano, que es el más grande de Tierra del Fuego. Este lago se ha formado siguiendo la traza de una fractura conocida como la Falla de Magallanes. Es un fragmento de corteza que al frotarse con otra porción puede liberar una energía tan potente como para provocar un terremoto”, indicó.
Asimismo, explicó que esa Falla de Magallanes, que se extiende desde el Pacífico chileno hasta las Islas Georgias del Sur y Sándwich del Sur, se trata de una de las "más activas del planeta" debido a que genera entre diez mil y doce mil sismos por año.
"En 1949 el Estrecho de Magallanes y la costa occidente de Tierra del Fuego sufrieron un sismo de 7.9, uno de los más fuertes que existieron desde que se tienen instrumentos de medición en la Argentina”, recordó el geólogo sobre el último terremoto en la zona.
"Al haber una costa poco elevada respecto del nivel del mar, a esa masa que viene impulsada por tsunami, le es muy fácil inundar grandes áreas. Río Grande y Río Gallegos son dos ciudades que se verían muy afectadas, tanto por su ubicación cercana a la Falla de Magallanes como por lo bajo de sus costas. Puedo decirle que Río Gallegos cuenta con una gran barra arenosa. En el caso de un sismo o tsunami, esa cresta de arena semi sumergida actuaría como una especie de estructura de defensa que absorbería parte de esa energía. En Río Grande, esa cresta costera no existe con esas dimensiones, lo que implica una mayor preocupación", expresó.
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En cuanto a si este posible tsunami podría llegar a las playas de Buenos Aires, comentó: "En los procesos naturales es difícil decir sí o no. Esto no es blanco o negro, sino una gama de grises. Se establece en base a probabilidades. Y la probabilidad de que un sismo generado allí afecte a Buenos Aires es nula, cercana a cero, pero si puede haber sismos importantes en la región".
Por último, detalló algunas medidas que se pueden tomar para morigerar el golpe de un posible fenómeno de estas características: "El primer paso es enseñar en las escuelas primarias y secundarias. Se puede contribuir a la creación de la conciencia sísmica, más allá de las dos provincias donde ya existe. Lo otro es copiar esto de Chile, donde en todas las ciudades están marcadas las zonas de riesgo, las de evacuación y la gente esa familiarizada por la presencia continua de cartelería. Y, en el caso de lugares con posibilidad de tsunami, marcar las rutas de escape a las zonas altas donde el fenómeno tiene escasas posibilidades de llegar".
Por último, aclaró: "Esto no es para sembrar el pánico ni quiere decir que mañana o en este siglo vaya a ocurrir un tsunami. Pero siento la obligación de hacer conocer estas cosas a la comunidad y a los gobiernos para que cuando llegue estemos preparados".
ED