En las primeras horas del lunes, según el horario argentino, está previsto el lanzamiento de la misión Solar Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA) y de la NASA que despegará desde Cabo Cañaveral, Estados Unidos, con destino al Sol. El objetivo es investigar como crea la heliosfera, una gran “burbuja” de partículas cargadas y campos magnéticos que expulsa el astro y que envuelve a cada uno de los planetas del sistema y da forma al espacio.
Además, la misión tomará las primeras imágenes de los polos norte y sur del Sol y el vínculo con la Tierra a través de 10 instrumentos distintos, como telescopios de alta definición. Para obtener datos nunca antes logrados, la nave se aproximará a casi un cuarto de la distancia de nuestro planeta al Sol.
Dado la distancia, para la comunicación con la nave se utilizará las antenas de Espacio Profundo de la ESA como la que está ubicada en la estación de seguimiento de satélites de Malargüe, Mendoza. “Están diseñadas para trabajar en una unidad astronómica de distancia o más y se utilizan para este tipo de misiones que son interplanetarias ya que tienen la característica de tener mucha ganancia para la recepción y amplificadores de muy alta potencia para la transmisión”, describió desde Malargüe el ingeniero Diego Pazos, director de operaciones Satelitales de Telespazio, empresa que le brinda el servicio a la ESA.
Según lo previsto y si no hay cambios, el lanzamiento será a la 1 de la madrugada en Argentina y la antena de Malargüe entrará en operación cuatro horas después. “La estación hace comunicación con varias de las misiones de la ESA y en el caso de Solar Orbiter, el inicio es crítico porque vamos a estar en fase de lanzamiento y operación de fase temprana. Luego entrará en operación rutinaria durante su viaje y en su órbita final alrededor del Sol”, explica Pazos quien agradece que este momento no coincidió con alguna fecha festiva, tal como ocurrió en otras oportunidades.
La antena está integrada a una red de dos más, ubicadas en Australia y España, para establecer canales de telecomando, telemetría y recibir datos de interés científico. “Los telecomandos se transmiten desde el centro de control de la misión en Europa y se usa la estación de Malargüe para ese fin”, aclara el ingeniero.
La misión Solar Orbiter medirá los campos magnéticos, las ondas, las partículas energéticas y el plasma que escapan del Sol cuando están en su estado previo a ser modificados y mezclados en su largo viaje desde el Sol, según informó la NASA.
El satélite deberá soportar temperaturas muy extremas de hasta 500° centígrados y resistir el bombardeo constante de partículas cargadas del viento solar durante al menos siete años. Por eso cuenta con paneles solares termorresistentes y una antena de alta ganancia y de alta temperatura.
Según la ESA, el conocimiento sobre el Sol es clave para entender cómo funcionan las estrellas en el universo como así también para la infraestructura en y cerca de la Tierra, ya que las expulsiones de plasma solar pueden causar tormentas geomagnéticas que interrumpen las redes eléctricas y de telecomunicaciones en tierra y a las operaciones de los satélites.