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Las nuevas selfies se imprimen en 3D y ya reemplazan al retrato

Las estatuillas personalizadas en tres dimensiones se utilizan en bodas, casamientos y como regalos empresariales. Obama, un pionero.

A escala. El servicio de escanear a una persona, hacer una escultura e imprimirla en 3D está en augue en el país y en el mundo. Los expertos dicen que la tecnología está democratizando el acceso a la
| AFP

Hoy ante cada festejo, un casamiento, un cumpleaños o un aniversario, se alzan decenas de smartphones, tablets y cámaras que inmortalizan ese momento especial en numerosas fotos digitales. Sin embargo, una nueva tecnología está comenzando a sumarse a esa antigua costumbre: la impresión 3D, capaz de fabricar en poco tiempo estatuillas personalizadas, que cada persona puede atesorar, guardar y compartir, tal como todavía ocurre con los álbumes de fotos.

El mejor ejemplo de que el uso creativo y social de esta tecnología ya está suficientemente maduro acaba de darse en los EE.UU.: museólogos e investigadores del prestigioso Smithsonian Institute crearon un busto 3D de Barack Obama, que –aseguran– es la imagen de mayor resolución jamás tomada de un presidente.

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“Ya está ocurriendo: tenemos clientes emprendedores que ofrecen el servicio de escanear a una persona en algún momento especial de su vida y hacer una escultura en escala y personalizada”, le dijo a PERFIL Marcelo Ruiz Camauër, fundador de Kikai Labs, una empresa que desarrolla impresoras 3D y también ofrece servicios.

De hecho, Ruiz Camauër hizo esta experiencia con su propia hija y asegura que “tener en las manos el busto en 3D, aunque sea pequeño, de una persona querida es algo que resulta muy impresionante y conmovedor”. Además, según este experto, la impresión 3D tiene muchas posibilidades en materia artística y creativa. “Con una inversión moderada –un escáner de US$ 400 y una impresora de $ 22 mil– se puede ejecutar muchísimas ideas y acciones de marketing o de publicidad”.

Para Ruiz Camauër, esta tendencia a los retratos 3D personalizados es la continuación de otro fenómeno social muy popular: la autofoto. “Hoy, la selfie más moderna ya no es hacerse una imagen con el celular, sino escanearse en 3D e imprimir nuestra figura en escala”, aseguró.

Más creatividad. Estas posibilidades se enmarcan en otra gran tendencia del siglo XXI. “Hay una movida global, que apunta a la personalización de los objetos, a alejarse de la fabricación masiva y la igualdad. Y la difusión de escáneres e impresión 3D facilita ese movimiento”, le explicó a PERFIL Enrique Avogadro, director del Centro Metropolitano de Diseño de la Ciudad de Buenos Aires, espacio donde funciona CMD Lab, el primer laboratorio de fabricación digital público.

“Con estas tecnologías de escaneo e impresión 3D, que están bajando sus costos y volviéndose cada vez más simples de usar, estamos viendo un fenómeno de democratización en el acceso a la creatividad”, asegura Avogadro. Este experto prevé que la impresión 3D se convertirá en un camino para ampliar las fronteras artísticas.

“Hace poco, nos contrataron de una empresa para su fiesta de fin de año. Querían que escanéaramos a cincuenta invitados en vivo y les imprimiéramos réplicas fieles de las personas, pero de 15 centímetros de altura, en 3D. Así, unos días más tarde, la compañía pudo enviarles a los cincuenta participantes un regalo absolutamente único”, detalló Alexis Caporale, socio fundador de Trimaker, una compañía argentina que fabrica impresoras 3D y ofrece servicios relacionados.

Según Caporale, otras compañías de consumo masivo están preparando acciones similares de marketing veraniego, con la idea de regalarles a sus clientes souvenirs personalizados como, por ejemplo, llaveros con su efigie.

Este experto asegura que la calidad tecnológica de las soluciones 3D que usan los emprendedores argentinos es la misma que hoy se emplea en EE.UU., aunque, claro, a otros costos. “Pero es una tecnología de impresión que está abriendo posibilidades fantásticas en el campo creativo. De hecho, ya se han hecho muestras de arte 3D”, finalizó.

Macri se sumó a la moda de tener un figurín exacto

Barack Obama no es el único político que se sometió al escáner, también el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Según le contó a PERFIL Enrique Avogadro, director del Centro Metropolitano de Desarrollo (CMD) de Buenos Aires, “durante la reciente Feria InnovatiBA, el CMD montó un stand donde había un escáner de alta definición, acoplado a una impresora 3D y una computadora con un programa de diseño especial, para hacer demostraciones de las posibilidades artísticas de esta tecnología”.

Como parte de esas demostraciones, se realizó un experimento similar al que se hizo con Barack Obama: “Mauricio Macri fue escaneado, procesamos los datos, se armó el modelo e imprimimos –en plástico– un pequeño figurín del jefe de Gobierno porteño personalizado, en escala”, repasó Avogadro.