Es maestra de enseñanza práctica desde hace diez años, y está a cargo del área de Huerta y Granja en el Centro de Educación Integral San Ignacio, ubicado en el Paraje San Cabao, a 15 kilómetros de Junín de los Andes, en Neuquén. Y María Eugenia Bertossi, a pesar del aislamiento y los problemas de conectividad a internet de la zona rural, se las ingenió para armar un proyecto con sus alumnos de sexto año e incluir la tecnología en el aula.
“Después de mucho trabajo y buscar cuál era la mejor opción para los estudiantes, ya que queríamos que estuvieran lo mejor preparados posible antes de egresar, hace tres años implementamos un sistema en el cual los alumnos van a los pequeños productores rurales y acuerdan con ellos un trabajo en conjunto. Y cuando están en el aula utilizan la tecnología y sistematizan y analizan los datos que recabaron. El proyecto culmina en la presentación de una propuesta agropecuaria de aplicación a los productores rurales”, le contó a PERFIL.
La iniciativa tuvo sus frutos, ya que María Eugenia fue elegida – junto a María de los Angeles Suárez y María Florencia Conforti, de la provincia de Buenos Aires–como uno de los 300 docentes más innovadores del mundo y viajó a Toronto, Canadá, para participar del Educators Exchange E2, el evento anual de Microsoft que reconoce los logros de aquellos educadores que combinan contenido, pedagogía y tecnología para sus alumnos.
“La experiencia fue muy enriquecedora porque tuvimos la oportunidad de escuchar a expertos en el uso de la tecnología en el aula y compartimos con otros docentes cómo cada uno la aplica. Tuve la suerte de contarle mi proyecto a Anthony Salcito, vicepresidente de educación global de Microsoft”, contó María.
Uno de los desafíos con que se enfrenta es el aislamiento. San Ignacio recibe a varones y mujeres de comunidades rurales de hasta 500 kilómetros de distancia y muchos de ellos toman contacto con la tecnología recién al llegar al secundario. La escuela pública, de gestión privada (Fundación Cruzada Patagónica), es gratuita y tiene una residencia estudiantil. “Uno de nuestros problemas es el gran aislamiento, los problemas de comunicación. En la escuela hay 25 computadoras pero no tenemos buena conectividad. Me gustaría que los alumnos pudieran aprovechar mucho más la tecnología.