No una sino dos mujeres astronautas integrando una próxima misión lunar es una de las posibilidades que baraja en firme el equipo de planeamiento de la NASA. Y eso admitió ayer en una serie de declaraciones públicas el actual director de la NASA, Jim Bridenstine. “No podemos descartar que, en el futuro próximo, viajen dos mujeres a la Luna, aunque –seguramente– la primera misión tripulada al satélite terrestre, prevista para el año 2024, será mixta: una astronauta mujer y uno varón”.
Bridenstine recordó durante la Conferencia Astronáutica Internacional que “actualmente el plantel de astronautas jóvenes de la NASA está compuesto por hombres y mujeres en proporciones bastante similares”. Y agregó: “Contamos con excelentes profesionales mujeres, por lo que considero que, para cuando regresemos a la Luna en 2024, probablemente uno de los integrantes de ese equipo sea una mujer. Pero quizá ya en el viaje siguiente sean directamente dos mujeres las que lo concreten”.
Toda esta discusión ocurre a apenas ocho días de cumplido otro hito de género en el espacio. Es que el 18 de octubre dos astronautas estadounidenses, Jessica Meir y Christina Koch, concretaron la primera caminata espacial femenina al salir al espacio y realizar –en equipo– una serie de reparaciones y tareas de mantenimiento de instrumentos y partes ubicados en la parte exterior de la Estación Espacial Internacional.
Por otra parte, el responsable de la agencia volvió a destacar la importancia de tener nuevamente una rutina de misiones lunares tripuladas. “Yo nací en 1975 y la última misión tripulada por personas con destino a la Luna fue en 1972”, subrayó Bridenstine. Y aprovechó para explicar algunos detalles sobre los próximos proyectos. “A principios de los 70, las misiones a la Luna se agruparon bajo la denominación del programa Apolo, bautizado así en honor al dios griego. Pero este tenía una hermana gemela, Artemisa, y por eso ahora elegimos su nombre como emblema de este nuevo programa que llevará mujeres a la Luna en varias tripulaciones para, incluso, permanecer allí por períodos relativamente largos”.
“Tenemos que retornar a la Luna y hacerlo de una manera sostenible. Por eso la idea es aprovechar los recursos naturales que hay allí”, continuó el administrador de la NASA, quien detalló que “por mucho tiempo se pensó que la Luna es un sitio seco, como resultado de que las cápsulas enviadas descendieron en la región ecuatorial, pero hora sabemos que hay hielo de agua en la región polar sur de la Luna. Hielo de agua representa un ambiente que podría sustentar la vida”.