Las misiones militares ocultas, en las que se testean sigilosamente aparatos de formas desconocidas –entre ellas, de “plato volador”–, son una de las hipótesis más probables a la hora de explicar las denuncias de que rondan naves extraterrestres por el vecindario. Pero no las únicas. Fenómenos meteorológicos, como nubes de formas extrañas y auroras boreales, otro tipo de objetos creados por el ser humano como satélites o hasta la Estación Espacial Internacional en órbita pueden llamar la atención por sus colores o fugacidad y hacer suponer que se trata de ovnis.
Esta semana, los archivos desclasificados del Ministerio de Defensa inglés mostraron que durante años se investigó sin resultado positivo el caso de los pilotos de Alitalia que vieron en 1991 un objeto volador no identificado al aterrizar en el aeropuerto londinense de Heathrow. Y que estuvieron cerca de chocar. Si se trató de una misión secreta –según los pilotos el objeto tenía forma de misil–, permanecerá en esa situación.
“Las industrias aéreas militares han producido una enorme cantidad de aparatos de formas y performances no-convencionales, que no son conocidas para el público en general, y tampoco de muchos científicos, astrónomos, meteorólogos o pilotos”, explicó a PERFIL Hourcade, radicado en los Estados Unidos (probablemente el país donde nació el “mito ovni”), a la hora de sostener su hipótesis preferida respecto de qué diablos pueden ser esos objetos voladores.