La alerta llegó a Argentina desde EE.UU. En marzo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de ese país (FDA, por sus siglas en inglés) informó al menos 359 casos y nueve muertes debido a un raro tipo de cáncer –llamado linfoma anaplásico de células grandes (LACG)– asociado a los implantes mamarios. Ya en 2011 la agencia había advertido sobre la posibilidad de un pequeño pero significativo riesgo de desarrollar cáncer después de recibir siliconas y había agregado ese dato en las etiquetas de los productos.
Ahora, en la Argentina, médicos reportaron los dos primeros casos de LACG asociado a implante de mamas, dos mujeres que fueron tratadas en el Hospital Italiano de Buenos Aires (HIBA) y el Hospital Británico, y hoy se encuentran en buen estado de salud. “Nos costó saber que se trataba de esta patología. El linfoma anaplásico de células grandes ya se conocía pero no relacionado a implantes mamarios. Esta asociación se definió como tal por primera vez en 1997”, le explicó a PERFIL Hugo Loustau, jefe del Servicio de Cirugía Plástica del HIBA.
Según la OMS, el linfoma anaplásico no es un cáncer de mama o del tejido mamario, sino un tumor del sistema linfático. En muy raras circunstancias puede desarrollarse adyacente a la prótesis de mama (se estima un caso cada 300 mil). “Los linfomas son tumores que se originan en el tejido linfático, generalmente en los ganglios linfáticos, si bien en algunos casos pueden desarrollarse a partir del tejido linfoide de diversos órganos. Los linfomas que se originan primariamente en la mama son muy infrecuentes ya que representan sólo el 0,4 al 0,5% de todos los tumores mamarios y no guardan ninguna relación con el cáncer de mama”, sostuvo Marta Zerga, presidenta de la Sociedad Argentina de Hematología. “Dentro de los linfomas de mama existe una variedad aún más infrecuente llamada linfoma anaplásico de células grandes, asociada a prótesis mamaria”, agregó.
La enfermedad suele presentarse como una acumulación de líquido alrededor de la prótesis (seroma tardío) o en forma de tumor en contacto con el implante. “La mayor parte de los cánceres se desarrollaron en promedio a los ocho años del implante. Una amplia mayoría fueron de superficie rugosa”, manifestó Loustau, miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica.
Se ignora cuál es la causa exacta de la enfermedad. “Se especula con fenómenos mecánicos inflamatorios: que los implantes larguen alguna partícula y ésta genere un estado inflamatorio especial que ponga a los linfocitos, que son celulas de la inmunidad, a la defensiva. Y la relación de esta superficie con una bacteria que no es nueva, la ralstonia pickettii”, explicó. Si se detecta precozmente, la enfermedad tiene buena evolución. El tratamiento consiste en remover el implante y la cápsula que lo rodea. “Los estudios demuestran que el tumor responde mejor a un tratamiento quirúrgico bien completo que a la radioterapia o quimioterapia”, dijo Loustau.
Cuidados. En la Argentina se realizan 53 implantes mamarios por día, según las últimas estadísticas de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica. Es el procedimiento estético más elegido, detrás de la liposucción: sólo en 2016 se realizaron 18.980 cirugías de aumento de lolas. Por eso los médicos remarcan que el riesgo de desarrollar cáncer es muy bajo. “Esta rara variedad de linfoma (ALCL) asociado a implantes mamarios es una neoplasia estadísticamente de extremada baja frecuencia en la actualidad (0,0003%), habiéndose publicado a la fecha en todo el mundo aproximadamente 359 casos”, manifestó Eduardo González, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Mastología.
“A pesar del bajo riesgo, las pacientes con prótesis deben seguir su rutina de controles clínicos mamarios y realizarse los estudios habituales (mamografía, ecografía, resonancia magnética) al igual que aquellas que no tienen implantes, y en caso de síntomas como hinchazón, formación de líquido (seroma) o alteración brusca de la forma y/o el tamaño, consultar inmediatamente al profesional para descartar la enfermedad”, recomendó.
Los especialistas aseguraron que la evidencia científica continúa apoyando la seguridad de la cirugía de implantes mamarios, ya sea con fines reconstructivos o cosméticos, siempre que se realice por profesionales médicos certificados, en espacios habilitados para tal fin y con productos de calidad aprobados por Anmat y FDA. “Las mujeres no deben preocuparse, sino ocuparse de su salud mamaria”, concluyó González.