CIENCIA
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Taringa! busca convertirse en la primera red social basada en tecnología Blockchain

La red social más popular y antigua de la Argentina quiere desarrollar una moneda digital propia y descentralizar la toma de decisiones.

20190216 Taringa
Matías Botbol, uno de los fundadores de Taringa! | Cedoc

Es una de las redes sociales más populares y antiguas: Taringa! tiene 14 millones de usuarios únicos, solo desde Argentina. La comunidad nació en 2004 y lleva ya 15 años de expansión en una infinidad de grupos y canales integrados por usuarios que, básicamente, comparten intereses. Ahora de la mano de sus directivos (y tras haber sido absueltos de una causa por derechos de autor), está comenzando a dar los primeros pasos hacia un nuevo cambio radical: quieren, en 5 años, ser la primera red social del mundo basada en el concepto –económico y filosófico– conocido como “Blockchain”.

Según le contó a PERFIL Matías Botbol, uno de los fundadores de Taringa!, “las estadísticas de la consultora Comscore mostraban que somos la segunda red social más visitada de Argentina y la tercera de América Latina. Igual no nos preocupa mucho porque esos rankings varían. Lo que es seguro es que, de las redes hechas en América Latina, somos la mayor”.

Quieren, en 5 años, ser la primera red social del mundo basada en el concepto –económico y filosófico– conocido como “Blockchain”.

Para Botbol, actual CEO, Taringa! muestra una diferencia notable con las otras redes sociales: Nuestra característica es tener comunidades con intereses similares. Sus usuarios se relacionan, crean y comparten contenidos, sin importar si son amigos o conocidos. La clave es que comparten gustos. Según sus datos, los nichos más “populares” de la red son cuatro: los que tocan temas de tecnología; los de recetas de cocina; los de noticias de actualidad –incluyendo fútbol y de política– y el sector de Tutoriales y tips de Hágalo usted mismo”.

Uno de los grandes problemas que hoy amenazan el desarrollo de la web es el de los trolls y los haters que suelen armar discusiones y lanzar insultos ante cualquier opinión. “Queríamos que nuestro espacio digital fuera tranquilo y apto para todos. Y entonces desarrollamos algoritmos de Inteligencia Artificial capaces de moderar, en forma automática, tanto las nuevas imágenes como los comentarios que se publican”, contó Botbol. “En menos de un minuto las fotos se clasifican en ‘Aptas para todos’, ‘Sensibles’ o ‘Prohibidas’ y tenemos una tasa baja de errores”.

Pero la solución más radical la encararon en la moderación de insultos. Si el sistema identifica un comentario agresivo no lo elimina: solo puede verlo quien lo publicó y el destinatario, que –a su vez– puede borrarlo, dejarlo o abrirlo a todos. “De esa manera logramos desalentar las peleas y acusaciones típicas de los foros de opinión sin moderación. Y tampoco hacemos censura previa”. Esta idea, incluso, la armaron como un servicio para poder ofrecer la tecnología a otros sitios que estén interesados en bajar el nivel de “odio” que suele anidar en las redes.

 

Si el sistema identifica un comentario agresivo no lo elimina: solo puede verlo quien lo publicó y el destinatario, que –a su vez– puede borrarlo, dejarlo o abrirlo a todos

Autonomía. Aunque el sitio fue rediseñado en canales hace pocas semanas y ahora funciona con secciones temáticas cuyos contenidos son aportados por los usuarios, los responsables de Taringa! ya están planeando la próxima transformación. “Queremos que, en 5 años, nuestra red pueda descentralizarse y manejarse a través de la tecnología de Blockchain, el nuevo paradigma en internet”.

Para eso, el primer paso es desarrollar una Taringa-Coin, una moneda digital propia que pueda ser usada dentro de la plataforma para distintas transacciones: “desde premiar una publicación a distribuir ganancias u ofrecer features exclusivos a los usuarios. También se podrá usar en campañas de donación. Y será una moneda que, de alguna manera, se podrá canjear por dinero del mundo real”. Este sistema hará que todos los participantes puedan interactuar económicamente, desde un moderador a un creador de contenidos o quien ofrece servicios.

Pero la idea va más allá. “Lo pensamos para que se puedan descentralizarse y distribuirse las decisiones. De manera de que, en el mediano plazo, podamos dejar de ser una estructura que controla Taringa! en forma jerárquica y dejar que los usuarios tomen todas las decisiones y se autogobiernen”. Según Botbol, el objetivo final es llevar esta red a “una autonomía tal que, si los fundadores la dejamos la propia comunidad siga haciéndola funcionar. Que pueda crecer por sí misma, en forma autorregulada. Buscamos construir un modelo distribuido y más justo en el que todos pueden ganar y decidir en función de sus aportes”.

 

Según Botbol, el objetivo final es llevar esta red a “una autonomía tal que, si los fundadores la dejamos la propia comunidad siga haciéndola funcionar.

Un juicio que duró nueve años

En el 2009 un grupo de editoriales (Astrea, La Ley, Rubinzal; Ediciones de la Flor y Magenta) le inició a Taringa! un juicio penal por infracción a la Ley de Propiedad Intelectual 11.723 debido a obras jurídicas protegidas, compartidas por usuarios de Taringa! en esta comunidad virtual.

En diciembre pasado, tras nueve años, el Tribunal Oral 26 absolvió a los tres fundadores de la empresa: los hermanos Matías y Hernán Botbol y Alberto Nakayama. “Nosotros desarrollamos y les dimos herramientas para que cualquier afectado por un tema de copyright diera de baja materiales protegidos, que eran publicados por los usuarios. Pero no podíamos hacer una censura previa, que era lo que querían”, recordó Matías Botbol.

El CEO de Taringa! aseguró que tienen pensado iniciar un juicio civil por daños y perjuicios contra Magenta (la única compañía que siguió el pleito hasta el final). “Nunca quisimos cerrar el tema con una probation. Para nosotros era una cuestión de principios y queríamos defender la libertad de publicar en internet, que es algo clave. Por supuesto, en el medio nos afectó mucho a nuestro crecimiento: el juicio pendiente nos alejaba a anunciantes publicitarios y también a posibles inversores de Taringa! porque nunca quedaba claro si éramos un sitio legal o ilegal”.