El plan del ministro Lemus sobre Aseguramiento Universal en Salud no dice nada sobre los preocupantes problemas que está sufriendo nuestra salud colectiva, resultantes del masivo empobrecimiento de la población, y que es más evidente en los sectores que ya eran más pobres: el tercio de trabajadores que están en negro, a los que no benefician las paritarias, cuyos ingresos por Asignaciones y Programas son inferiores al aumento de la inflación, y cuyo acceso a “changas” para ganarse la vida ha disminuido mucho por una recesión económica que continúa agravándose. Esto ha aumentado la desnutrición prevalente, la vulnerabilidad a enfermedades infecciosas y el curso de todas las demás.
El plan de aseguramiento en salud del ministro Lemus, con su fuerte carga ideológica neoliberal, plantea –como todo seguro– limitar al acceso a la totalidad de los servicios de salud de la gran mayoría de los asegurados a lo que se ofrece en los “planes mínimos obligatorios”. Esta restricción no se establece para los cotizantes más ricos, cuyo acceso mediante el pago de coseguros diferenciales les
permite acceder a la totalidad de la oferta posible. Los argentinos debemos estudiar las consecuencias del Plan Colombia. En este infortunado país, un equivalente del Plan Lemus ha aumentado notablemente los costos administrativos (mientras se reducía el dinero que se destinaba a los servicios de salud) y ha deteriorado el nivel epidemiológico de la población.
La Salud Colectiva ofrecida por el actual sistema público, pagado por las rentas generales del Estado, y fundamentalmente gratuito, que atiende a ciudadanos que reciben salud como algo a lo que tienen derecho, y que son calificados por Lemus como “población sin cobertura”, son atendidos en hospitales que también atienden a más de la mitad de los partos del país, donde se produce casi toda la capacitación y la mayoríá de la investigación y donde se atienden todas las patologías, desde el sida hasta los accidentes graves y siniestros, a los cuales los seguros huyen.
*Médico sanitarista. Pofesor emérito UNLu y consulto UNLP.